17 de febrero de 2011

LA HUIDA

Por fin ha llegado el gran día. Espero impaciente la llegada de mis compañeros. Estoy convencida que todo saldrá bien: la obra es muy buena, el montaje espectacular, y no hemos dejado un solo cabo suelto pero, ahora mismo, tengo un extraño presentimiento: una nube, de las que amenazan tormenta, se ha instalado en mi corazón y me enturbia el cerebro.


Foto: Marijo Grass


Unas horas más tarde.

No sé qué estoy haciendo aquí. He salido como una exhalación del Teatro y he pedido al chófer que me trajera al aeropuerto. Ni siquiera recuerdo su nombre, ¡y eso que lo contraté yo misma hace una semana! El pobre chico ha tenido que soportar mis lagrimas durante todo el camino; al principio ha intentado darme conversación, incluso ha buscado una música alegre para distraer mi duelo, pero cuando he empezado a escuchar LOVE, de Nat King Cole, el sonido de mi llanto ha aumentado un par de decibelios.






Debo tener un aspecto horrible; la gente anónima que circula por la terminal me mira con lástima, o curiosidad; alguno muestra cierto desprecio. Todavía llevo el traje puesto: un precioso vestido largo de color azul cobalto, rematado con encajes, que contrasta con mi piel blanquísima y realza el pecho. Lo compré en un mercadillo, en Londres, cuando fui a contratar a nuestro coreógrafo, y esta noche ha dado el pego, porque las chicas de mi equipo han creído que era una pieza carísima de algún diseñador famoso; un regalo de ÉL, para que estuviera más guapa que nunca, acompañándolo en nuestro gran día de estreno.



Foto: Marijo Grass


Me siento como una de esas protagonistas de melodrama romántico, que huyen como cenicientas cuando la historia se tuerce, o escuchan las campanadas a media noche y deben abandonar el palacio a toda prisa; su velada mágica ha terminado porque así está escrito en el cuento. Y lo peor es que ahora sé que mi príncipe no me vendrá a buscar mañana, zapato de cristal en mano, para enmendar su error y declarar su amor eterno.



Foto: Marijo Grass


Consulto mi teléfono; entro en twitter, facebook, el correo; nada, nadie me echa de menos. Imagino que continúan en la fiesta, eufóricos, emborrachándose a conciencia porque la función ha sido un éxito. Encuentro los primeros ecos de los internautas, que siempre se adelantan a la prensa oficial colgando sus impresiones al finalizar el evento.




Foto: Marijo Grass


Busco un baño, necesito refrescar mis sentimientos. Tropiezo con un tipo apresurado; me suelta una sarta de improperios porque le robo un par de minutos; mi vestido se ha enganchado en las ruedas de su maleta y a él no se le ocurre más que pegar un tirón, destrozar el encaje y salir corriendo. Observo el desastre y me maldigo por no haber reaccionado a tiempo.


Entro en el baño, el olor a lejía me produce arcadas; sumerjo el rostro en el lavabo, acabando de estropear lo que hace unas horas era un maquillaje perfecto. Abro mi bolso minúsculo; solo encuentro las llaves, el móvil, una barra de labios y una funda de plástico con el DNI y la tarjeta de crédito. ¡Mierda! Cojo una toalla de papel, la humedezco; intento eliminar el rimmel pero solo consigo desdibujarlo más; hoy me he puesto uno resistente al agua, por si me ganaba la emoción y ocurría esto.


Contemplo mi figura en el espejo. Debo haber perdido 10 kilos desde que convenció al gran jefe para que me encargara de producir su proyecto. Ahora me doy cuenta que nunca le pregunté el por qué de su empeño. Yo era feliz en el departamento audiovisual; mi serie documental se había vendido bien y tenía luz verde para una nueva temporada. Nunca había hecho teatro y lo asumí como un reto; su magnetismo y la seguridad que mostraba me sedujo al instante; no tardé ni un mes en enamorarme; entonces pensé que todo era perfecto.



Foto: Marijo Grass


Salgo del baño, encuentro una cafetería cerrada y me siento. Consulto el móvil de nuevo. Un mensaje. Mi corazón empieza a latir con fuerza pero, al comprobar que no es suyo, me hundo en el asiento. Respiro con fuerza. Minutos más tarde lo abro; Marcela: ” ¿Cariño, dónde te has metido? Te estoy buscando por todas partes”. Me quedo ensimismada contemplando el resplandor que desprende mi teléfono. Intento dejar la mente en blanco, pero no puedo.


Observo una pareja arrastrando un carro con varias maletas y sosteniendo en brazos un niño pequeño; todavía lleva el pijama puesto. Imagino a esa madre sacándolo de su cuna con un cuidado infinito para proteger su último sueño. Viajar de madrugada es más barato; de esta forma se le hará más corto el trayecto. Me pregunto qué hubiera ocurrido si llego a tenerlo. Con seguridad no estaría viviendo este preciso momento. Momento…


“ No podemos tener un hijo ahora. Llevamos dos años trabajando en el espectáculo. No es momento de tirarlo todo por la borda. Sabes que no podrías seguir con el proyecto. Ahora la obra es nuestro hijo, debemos acabar de parirlo. Cuando todo termine tendremos tiempo para eso”


Sus palabras suenan como martillos golpeando mis recuerdos. Una azafata de uniforme impecable hace resonar sus taconcitos sobre el brillante suelo. La escoltan dos niñas que portan su documentación colgando del cuello. Una de ellas me mira fijamente y sonríe con ternura. Puede que le recuerde a un personaje lastimado de sus cuentos.



Foto: Marijo Grass


Consulto mi twitter, encuentro a Marcela de nuevo: “ Cuando una persona se siente amenazada ante una situación problemática puede emprender dos tipos de conducta: enfrentarse al peligro o escapar para evitar el daño. Call me, please!”


Lo sabe. A estas alturas todos deben saberlo. Recuerdo nuestra última conversación y empiezo a pensar si han enmudecido por orden del Maestro, para que no alterara la dinámica del trabajo y pudiéramos estrenar la obra sin más contratiempos. ¿Maestro de qué? Del engaño, de la traición, del egoísmo. ¡Maestro!


“Mira, Nerea —esgrimía Marcela, haciendo gala de su vocación frustrada de terapeuta —. Hay dos tipos de personas, según la manera en la que orientan sus motivaciones: las que se mueven para conseguir el éxito y las que concentran su energía para evitar el fracaso. Alejandro pertenece al primer grupo; no permite que la preocupación entorpezca su juego. Se alimenta de los demás, como un vampiro que necesita succionar a los que le rodean para sobrevivir a su ego. Tú, en cambio, dejas que el miedo se convierta en protagonista, por eso el estrés se apodera de tus sueños. Necesitas complacer a los demás y renuncias a tus deseos porque no te sientes merecedora de ellos. ¡Despierta, joder! Tómate un respiro. No vas a disfrutar de la vida hasta que utilices tu talento para complacerte a ti misma. El día que empieces a quererte verás cómo luce el sol de nuevo”.



Foto: Marijo Grass


Sus palabras adquieren una nueva interpretación a medida que invaden mis pensamientos; ¡cómo puedo haber sido tan ingenua… ! Supongo que en unas horas recibiré la notificación del gran jefe; por lo menos el último párrafo que debo añadir a mi currículum ha sido una historia de éxito. Y Alejandro… Alejandro ya tiene entre manos otro proyecto, y una nueva productora en sus brazos dispuesta a dejarse la piel y la autoestima en ello. Lo único que me fastidia es el final folletinesco, por enterarme en los lavabos de señoras, después de escuchar el discurso sobre la caducidad de mis servicios que antecede a sus jadeos. Resulta bastante patético.




Foto: Marijo Grass


Acaban de abrir las tiendas del aeropuerto. Me compro unos tejanos, un par de camisetas y un pequeño neceser con productos cosméticos. Renuevo mi aspecto; el rostro limpio me devuelve la sonrisa. Siento como si hubiera mudado la piel, igual que una serpiente. Abandono mi vestido azul cobalto en el baño. Con un café en la mano me dirijo al quiosco de prensa; me detengo en un expositor de libros de bolsillo y extraigo al azar uno de ellos: Orhan Pamuk, Estambul. Ciudad y recuerdos. Me siento en una cafetería, pido un cruasán y leo.



Foto: Marijo Grass


“ Todo el que siente curiosidad por darle un significado a la vida se ha preguntado al menos una vez por el sentido del lugar y el momento en que ha nacido. ¿Qué significa que yo haya nacido en tal fecha en tal rincón del mundo? ¿Han sido una elección justa esta familia, este país y esta ciudad que se nos han otorgado como si nos hubiera tocado la lotería, que esperan que los amemos y a los que por fin conseguimos amar de todo corazón?”



Hace 35 años nací en Estambul por accidente. Ni siquiera lo refleja mi documentación porque mis padres me inscribieron a su regreso. Se encontraban disfrutando de un último viaje de placer, un mes y medio antes de la fecha probable de parto que había anunciado el médico, pero me adelanté a su pronóstico.

Nunca he viajado a Estambul desde entonces. Quizás ha llegado la hora de regalarme un paseo.


Consulto el panel de salidas y descubro que, en un par de horas, hay un vuelo directo. Me compro un billete, atravieso el control policial y me pierdo. Un agradable cosquilleo invade mi estómago; no siento nada malo, ningún extraño presentimiento. No tengo que dar la cara hasta el martes; apago el teléfono y me concedo unos días de asueto.



Foto: Marijo Grass

50 comentarios:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Tengo que confesar que esta vez me has emocionado. Creo que mucho más de lo normal. Cuántas cosas le veo a este relato, cuántos matices, qué bien juegas con el tiempo, con los nombres, con las situaciones... Jo, de verdad que me ha encantado. Muchísimo.

Cantares dijo...

Me encantó!!
Lo he disfrutado muchísimo.
En algún momento he fantaseado con tomar un bolso de mano con un par de cosas y subirme al primer avión, estoy grande para esas cosas.
Eh! no para otras
Que tengas un bellísimo día.
Besosssssssssssssss

VAN dijo...

Fantástico! me ha encantado... además parece que me hubieras leído la mente pues estoy en un momento algo parecido al de tu protagonista (no igual pero en algún punto parecido) Bravo!

juanjo dijo...

Muy bueno tu relato.Me ha gustado mucho el retrato psicologico de la protagonista,sus nervios ante el inminente estreno,su decepcion posterior.Enhorabuena Jo
Besos

eL aRTe De SeNTiR dijo...

Estoy con Juan. Un relato llenísimo de matices, no dejas cabo suelto...
Me ha gustado un montón.

Es cierto que hay demasiados vampiros que enmascaran su verdadero rostro para sus propósitos...
También es igual de cierto, que cuando te tambaleas, es cuando ves tus propios cimientos,y quizás te conozcas más que nunca...ella tiene esa duda existencial...¿
Porqué Estambul? Quizás cuando llegue alí, a esa primera piedra descubra cosas sobre si misma que ni ellamisma se imaginaba. He sentido lo mismo que cuando caí y fui a Barcelona... cada vez que bajo me siento de una manera diferente, especial...sigue por favor! Quizás es uno de los mejores relatos que te haya leido. Un beso

María dijo...

Me ha encantado! Nerea quiere darse un respiro y se lo da. La envidio.
Como siempre espectaculares fotografías cargado de sentimiento.
Te doy mi más sincera enhorabuena.
Muchos besos!!

Jo Grass dijo...

JUAN: ¿de verdad te ha emocionado? Uff, cada vez que pruebo algo nuevo tengo la duda si conseguiré expresar las imágenes y sensaciones que hay en mi cabeza con palabras. Creo que no había escrito drama desde el drama; quiero decir que mis historias son en el fondo dramones, pero me resulta más fácil contarlas desde el prisma del humor y utilizando el diálogo; y aquí no hay nada de eso porque es un monólogo "emocional" y bastante más zen que de costumbre.
No sabes cuánto me alegran tus palabras!
Besitos

CANTARES: creo que lo de subirse a un avión con un par de cosas y viajar contigo misma es una experiencia muy grata que recomiendo a todo el mundo, especialmente en aquellos momentos en los que es necesaria una cierta introspección.
No creo que estés grande para una pequeña aventura como esa. Tampoco es necesario irse muy lejos!
Besitos para tí también!

Jo Grass dijo...

VAN: es un poco duro un momento así pero supongo que cuando llevamos una buena mochila vital a nuestras espaldas nos podemos encontrar en situaciones parecidas!
Me encanta que te haya gustado!!

JUANJO: eso es lo que siempre me deja expectante; supongo que porque no tengo oficio y me falta seguridad para saber si he conseguido plasmar lo que pretendía. No te imaginas lo contenta que me dejan tus palabras! Gracias, Juanjo!!

Jo Grass dijo...

EL ARTE DE SENTIR:qué ilusión que os haya llegado, por lo que veo, tal y como pretendía... Es cierto que ella necesita un cambio, y no tiene que ver con lo que está viviendo; en este caso, los acontecimientos no hacen más que ponerle en bandeja y contra la pared, la necesidad de empezar a pensar en ella!
Podría continuar esta historia; tendré en cuenta tus palabras. Mil gracias por ese comentario!
besos

MARÍA: creo que Nerea lo necesita; no se trata de un capricho; le sentará bien.
Qué bien que te haya gustado. Muchas gracias por tus ánimos!
Mua

Claire dijo...

Fantástica heroína que se deja llevar por su instinto y su necesidad y coge un avión para darse un merecido descanso... En ocasiones dejarnos llevar por nuestros impulsos es lo mejor que podemos hacer, que pensar y darle vueltas a los problemas no solucina nada.
Un abrazo y feliz finde.

Anna ( blog princesa) dijo...

oh Dios!! te aplaudo.
es sensacional. cautivador, emotivo.
Me has dejado impresionada.
felicidades guapa.

besos y feliz finde

Jo Grass dijo...

CLAIRE: la verdad es que hacer algo por ella y largarse es su decisión heróica, desde mi punto de vista; a lo mejor, lejos de su entorno, empieza a replantearse su vida. Yo la veo más como una víctima, primero de sí misma, después de un tipo egocéntrico que en todo momento ha estado pensando en él y en su éxito, y que de alguna forma la ha utilizado, la ha inducido a practicarse un aborto, (porque no era el momento) y, en cuanto ha dejado de necesitar su talento, no solo la ha cambiado por otra, sino que la ha dejado sin curro. En fin, dramón contemporáneo más real que la vida misma.

Besitos y buen finde, bella

ANNA: me hace especial ilusión que haya resultado emotivo. Ya sabes que me gusta escribir con ironía y humor pero, en este caso, la historia me pedía otro tono!
Gracias por tu comentario y felíz finde, guapa!

Marisa dijo...

Qué duro es el gran teatro de la vida... Convertidos en actores vamos interpretando tragicomedias de nuestro vivir, con aplausos finales en ocasiones, o lágrimas de emoción en otras muchas.
Me ha encantado tu relato <,Jo. Has clavado el sentimiento que a todos/as nos ha embargado alguna vez cuando la "función" de nuestra vida ha terminado con un final improvisado.
Pero tu personaje cambia el propia final de la obra: pisando el miedo, y dándose un abrazo de besos que, sin duda, será el mejor antídoto para ese epílogo.
Muy buen relato, espléndido.

Foto que me permito elegir como preferida de la entrada: ese amanecer (o atardecer) es una joya, Jo.

Mi enhorabuena por tan magnífico relato. Es un placer leerte.
Muchos besos.

Welzen dijo...

No sé cómo lo haces pero siempre me enganchan tus relatos hasta el final.

Fantástico

Lola Mariné dijo...

te has superado a ti misma.
Un relato visual, con ritmo, entrañable.
¡Huy! ¡la competencia que se me viene encima! jajaja.
besos

FIBO dijo...

Mis felicitaciones...una gran página y bello texto...un saludo

Jo Grass dijo...

MARISA: así es, como bien apuntas, esta pincelada del teatro de la vida. Definición más que acertada para la idea que rondaba mi cabeza al escribir el relato; pero, como me gustan los finales felices, necesitaba ofrecer una ventana de luz a la protagonista.

La imagen a la que te refieres corresponde a uno de los más bellos atardeceres que he tenido el privilegio de contemplar en mi vida; en ese momento que tan bien describió Nestor Almendros a propósito de su trabajo como la hora mágica, que en realidad no es una hora sino 20 minutos de luz que nos regala la naturaleza cada día. ( La foto la tomé en Galicia)

Muchas gracias por tus bellas palabras)

Jo Grass dijo...

WELZEN: me encanta que te enganche el relato hasta el final!!! Besos

FIBONACCI: muchas gracias y bienvenido a mi humilde cocina literaria. Regresa cuando quieras!

Jo Grass dijo...

LOLA MARINÉ: no seré competencia; si acaso algún día compañera, jajaja pero no sabes las veces que sueño con vivir el momento que disfrutas tú ahora y compartes conmigo y otros muchos.
Requetebesos, bella y admirada Lola!

Montse. dijo...

Hola guapetona, espero ese cafe para tomarlo juntas con Lola, y quien se apunte tambien,..jejeje pero ahora no se cuando sera, ya te deire algo. Como siempre tus relatos muy buenos.Besitos.

Lamardestrellas dijo...

¿Quién no ha soñado con volar hacia un lugar improvisado y dejar atrás una vida entera, aunque sea por unos días? Me encanta que tu prota lo haga con un neceser nuevo :)
Me ha gustado mucho, Jo, seguiré leyéndote. Besos.

AMBER LAKE dijo...

Me ha gustado mucho este relato, por el estupendo análisis psicológico de los diferentes estados de ánimo por los que atraviesa la protagonista y, sobre todo, la frase “El día que empieces a quererte verás cómo luce el sol de nuevo”. Es un buen consejo que, con frecuencia, se nos olvida poner en práctica.
Un beso.

Anusky66 dijo...

el relato genial , pero me ha impactado sobre todo el análisis de Marcela sobre la personalidad de la protagonista (tal vez me he sentido demasiado identificada ) .
La huida en este caso puede ser la mejor cura para recomponer los fragmentos de su vida en este momento y coger fuerzas para volver a actuara en el teatro de cada día,en ese que no hay guion que nos cuente como acaba cada acto.

Unbesazo

PD siempre me olvido decirte algo de las fotos , son una gran base para que enganchen aun mas los relatos

acoolgirl dijo...

Creo que algo así, todos hemos querid hacerlo coger cuatro cosas y subirnos a un avión... bien por ella!!

Un besitooo

Lola dijo...

De verdad Jo, eres una gran escritora. No sabes lo bien que lo he pasado leyéndote. Y... tu prota dice: al mal tiempo buena cara.
Un besoooo Lola

Jo Grass dijo...

MONTSE: a ver si lo hacemos! Quizás aprovechando alguna de las próximas charlas de Lola; excepto esta semana que voy de bólido y no tengo tiempo para nada!
besotes

LAMARDEESTRELLAS: creo que todos/as hemos soñado con ello alguna vez!!!
El neceser nuevo es como una metáfora de lo que necesita!
Mil gracias por tus palabras y por la visita!
Besos

Jo Grass dijo...

AMBER LAKE. me gusta mucho que se entienda esa progresión en los estados de ánimo; aunque resulte un poco precipitado a lo largo de una noche!
Creo que es fundamental quererse una misma para progresar y no sucumbir a los despropósitos que aparecen de forma inesperada en la vida!
Besos

ANUSKY66: es probable que, en su situación, es la primera alternativa: escapar unos días para recomponerse y poner orden en su vida con la cabeza más fría!
Me alegra muchísimo que te hayas identificado. Seguro que todas podemos hacerlo en mayor o menor medida.
Gracias por referirte a las fotos; son mi fuente de inspiración y de su elección depende lo que escribo.
Besitos

Jo Grass dijo...

ACOOLGIRL: estoy convencida que esa escapada será la mejor terapia para nuestra protagonista!!
Besitos

LOLA: espero convertirme en escritora...algún día!
Un requetebeso, querida Lola!

Sr Nocivo dijo...

Me encanta ese final tan positivo y esperanzador, hay veces que en el peor momento sacamos fuerzas para seguir adelante.

Elena dijo...

Cada relato que escribes se convierte en mi preferido. Si supieras lo que daría por tener ese billete a Estambul en la mano...
Besos

Jo Grass dijo...

SR. NOCIVO: para finales aciagos ya está la vida diaria. Por lo menos, en la ficción, puedo hacer lo que me de la gana, y como soy una romántica sin remedio, necesito que mis protagonistas no pierdan la esperanza!

ELENA LECHUGA: qué bonito y alentador lo que dices; lo interpreto como un paso adelante en mi aprendizaje como escritora.
A veces, un billete a cualquier parte es necesario, aunque no sea muy lejos; dejar que aromas y paisajes nuevos refresquen el alma y el cuerpo!

Anna ( blog princesa) dijo...

Hola guapa.
Pasaba tan solo a despedirme, no se si sabes que me marcho durante un tiempo y que no podre visitar tu blog.
No creas que me olvido eh, y espero que tu sigas estando ahi a mi vuelta.
Mi marcha es forzada, pero ya sabes que ultimamente no estaba bien, nos vemos pronto y perdona por no pasar por aqui.
besos

Adriana dijo...

Me ha parecido increible, te superas cada semana, muy emotivo, he disfrutado muchísimo y tus fotos parecen postales, en cuanto vaya a Estambul, me llevaré el libro de Pamuck conmigo. Muchos besos guapa.

Anónimo dijo...

Has conseguido que sintiese lo mismo que la pobre Nerea... menos mal que al final tiene la fuerza para dejar lo malo a un lado y escapar...
Besotes!!

Sonix dijo...

La protagonista tiene una gran suerte al tener a Marcela, seguro que a la vuelta podrá aprovechar la vocación de terapeuta de su amiga para conseguir salir adelante. pero a veces huir no está tan mal, a veces se huye hacia delante y es una forma rápida de romper vínculos y lazos enfermizos que atan al pasado.
Me ha gustado mucho cómo juegas con la intriga y los tiempos, cómo vas suministrando la información poco a poco. Me ha gustado mucho este relato, creo que todos hemos huido alguna vez y nos hemos sentido engañados y eso lo hace mejor todavía.
Y los vampiros emocionales, ufff, eso da para mucho.
Felicidades.

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

Sabes administrar la información, por lo que sabes administrar la pasión. Bueno, tus personajes. Y tú. En fin, cosas de la ironía.

Al igual que ella, tampoco te encontré ni en Twitter ni en facebook, ¿eh?

;-))

Humberto Dib dijo...

Me gustó mucho, fui siguiendo las peripecias de tu personaje acompañadas de las imágenes que completan perfectamente la idea del relato.
Las imágenes son muy importantes para mí, como escritor siempre quise ser fotógrafo, por eso trato de usar muchos elementos visuales. Espero conseguirlo.
Te dejo un beso y si esa huida es real, a disfrutar de ella. si no, me lo has hecho creer.
Humberto.

Lian Katz dijo...

Te invito a mi blog nuevo sobre libros!! librorecomendado.blogspot.com
Saludos!

ayxagirona dijo...

Cada història millora las anteriors, comences i et quedes enganxat, no ho pots deixar fins al final. Ets uns escriptora amb totes las lletres ¡¡¡ Estic segura que d'aqui res et llegiré des de el meu ipad. Petons des de la Costa Brava.

Jo Grass dijo...

Querida ciberfamily, lamento haber estado alejada del mundo blogueril la última semana pero, obligaciones laborales mandan. En fin, me marcho de nuevo en un par de días y voy a intentar visitaros a todos, que os he echado de menos, y espero que vosotros a mí también, aunque sea un poquito, jaja

Jo Grass dijo...

ANNA: me enteré de tu marcha antes de mi viaje e intenté dejarte un comentario pero lo habías desactivado. En fin, espero que todo vuelva a su cauce pronto. A veces es necesario desconectar, como la prota de este relato, y poner un poco de orden y nuevas espectativas en la vida. Ojalá que estés mejor!
Un besote.

ADRIANA: espero que puedas visitar algún día Estambul; es una ciudad con un encanto especial. Me alegro que te haya gustado esta historia. Besitos

Jo Grass dijo...

IPODGIRL: uff, ahora estoy yo como la prota. Me vendría muy bien hacer una escapada, pero de placer. ¡Quién me manda escribir dramas!
Besos para tí también.

SONIX: creo que huir, de la forma en que lo hace Nerea, le va a resultar terapéutico; y teniendo una amiga como Marcela, seguro que ayuda.
Tienes razón, supongo que todos nos hemos sentido engañados alguna vez, y de vampiros emocionales, creo que podría escribir una saga completa...
Besotes, no sabes cuánto me alegra encontrarte por aquí!

Jo Grass dijo...

RAÚL: también me hacen muy felíz tus palabras; ahora que estoy macroliada y en horas bajas, sin tiempo para leer ni escribir...
No tengo twitter, pero no me explico cómo no podemos encontrarnos en facebook, y mira que te he buscado!!!

HUMBERTO: yo necesito partir de una inmagen que haya captado antes para empezar a escribir. Supongo que es deformación profesional pero me ayuda mucho porque, si no VEO la historia en mi cabeza, no soy capaz de escribir nada.
Ojalá pudiera hacer una escapada como Nerea. Ahora mismo la estoy necesitando.
Todo lo que escribo es ficción, pero me encanta que resulte verosímil.
Mil gracias por tu visita!

Jo Grass dijo...

LIBROS: muchas gracias. Visitaré tu casa!

AYXA: hola guapa, ojalá tengas razón y algún día puedas leerme en versión larga, en el formato que sea.
Petons

Ana Laura dijo...

Excelente relato, te felicito!!

Jo Grass dijo...

ANA LAURA: muchas gracias, guapa. Me alegra mucho que te haya gustado!

pseudosocióloga dijo...

Muy bueno, una sesión en esos baños turcos que hay cerquísima de Santa Sofía le vendrían de cine, esos que tienen la cupula como con estrellitas.A mi las fotos me salieron borrosas por el vaho pero la experiencia fue digna de recordar.

Jo Grass dijo...

PSEUDOSOCIOLOGA: pues si, la verdad es que esta chica necesita mimarse un poco y recuperar la cordura y la alegría. Por eso he decidido continuar el relato. Me gustan los finales felices y Nerea se merece uno más plácido!

LadySuchard dijo...

Cuánto tiempo sin pasar por aquí, me ha encantado este relato ahora mismo continuo leyendo, pero antes he de confesar que justo el día antes de mi viaje de vacaciones comencé a leer este relato pero al llegar a la canción LOVE y escucharla me entro la necesidad irrefrenable de prepararle algo especial a mi pareja esa noche así que a falta de una hora para que llegará salí corriendo al supermercado. Y es que cuándo se te ocurren cosas tan espontáneamente lo mejor es no dejar pasar el momento jaja. Pero ahora como siempre aún que sea tarde estoy de vuelta y he de decir que este texto es maravilloso sobre todo porque todos hemos sentido alguna vez la necesidad de huir.

Jo Grass dijo...

LADY SUCHARD: qué bonito ese tema, ¿verdad? Y qué fantástico que te inspirara un gesto romántico. Es cierto que a veces nuestra vida se complica y nos invade una necesidad imperiosa de huir, como a mí en este momento.
Un beso enorme