23 de julio de 2009

HOLIDAY

Foto: Marijo Grass

HOLIDAY
es el título de una película de George Cukor, fechada en 1938, y uno de los pocos cuya traducción para el mercado hispanohablante mejora el original: VIVIR PARA GOZAR.

En ella, Gary Grant interpreta a un hombre libre y soñador que ambiciona una existencia de placeres y aventura hasta llegar a viejo, ( cuando ya no esté para muchos trotes y devaneos), y entonces empezar a trabajar para saldar las cuentas de su vida, aportando toda su experiencia y sabiduría.

En un viaje de recreo a bordo de un buque conoce a la hija de un poderoso hombre de negocios con la que inicia una relación, de las que se establecen en ese tipo de escapadas, que actualmente llaman: crucero para singles , o algo así.

Desde que empezó el verano, y con él las vacaciones escolares tras la noche de San Juan: pistoletazo de salida para la película del veraneante, se acumulan en la prensa una ingente cantidad de artículos sobre las bondades y/o fatalidades que acompañan estos pequeños lapsos de ocio compartido.

Lo que ha traído a mi memoria la película, además del título, es la idea de que un encuentro idílico en esas fechas puede transformarse en desenlace fatal; al revelar, cuando regresas a tu rutina, que la vida de cada uno es harina de otro costal. Y, en este caso, el PETER PAN que interpreta Grant, descubrirá que la pija ricachona con la que ha tenido su affaire de verano no pega ni con Superglú con su filosofía vital, y que la hermana de la pija: una joven Katherine Hepburn valiente, despreocupada y tan divertida y Peterpanesca como él, le atrae por su afinidad.

La cuestión es que, después del periodo prevacacional veraniego, que empieza tras la resaca de la Semana Santa— cuando las revistas femeninas nos bombardean con: la “Operación bikini”, el “Especial culos perfectos” o los “ Lugares de ensueño que te van a enamorar”—, parece que familias, parejas o grupos de amigos empiezan a definir su próximo destino, expresando sus deseos a futuros compañeros de viaje para adelantarse a propuestas que les lleven a otra parte; demostrando, en este caso, que no se ha llegado a un consenso por falta de afinidad.

LA MARI: secretaria de dirección a tiempo completo. Completo significa que su jefe puede llamarla un sábado a las 2 de la madrugada para preguntarle la clave de la caja fuerte y, de paso, comprobar si el viernes, antes de salir de la oficina, envió a Paco Picapleitos, —asesor fiscal de la empresa—, los balances que él mismo había supervisado, en un acto de generosidad con el contable nuevo. Al viejo se lo quitó de encima porque no entendía sus chistes.

La Mari es una chica alegre, eficaz, no demasiado agraciada por la naturaleza —aunque ella lo suple con estilismos de primera—, y, siguiendo la definición de Borja Cobeaga: la versión femenina de PAGAFANTAS: mujer que se enamora constantemente del hombre que le otorgará el título de “amigos para siempre” y a quien acabará consolando en su desdicha, presa de la resignación, cuando las féminas que él desea lo dejen tirado tras una noche de farra con sus amigos.

Este año no ha sido fácil para ella; con un jefe al borde del infarto— por la cacareada crisis—, y una madre amargada y sola— que no hace más que repetir la cantaleta: “Así te quedarás para vestir santos”—, ha decidido largarse a un paraíso de “todo incluido”, en el que su único esfuerzo consistirá en decidir si prueba el cóctel del día en el chiringuito playero o el de la semana en la piscina del complejo hotelero. Y eso tiene que ver con el aspecto del camarero dicharachero que haga el turno ese día.

Foto: Marijo Grass

LA MARI— Lo tengo claro; este año NO me levanto de la hamaca en una semana, a menos que el guapo y fornido animador de turno me saque a bailar.


Su amiga CLARITA: ayudante en el departamento de administración

— Pues, me apunto, aunque lo que a mí me gustaría es encontrar un novio de verdad. Ya tengo una edad y empiezo a pensar en hijos, y una vida más tranquila en la que no tenga que salir de jueves a domingo para ligar.


¡¡¡Peeeeep!!!, Clarita, ¿Qué no has visto la película de Gary Grant? Diviértete y…
¡goza pepilla!, como alienta Roberto Carcassés y su pandilla, en ese pedazo de disco que firman estos cubanos bajo el nombre de: INTERACTIVO.

LA MARI— Estoy harta de trabajar como una burra y satisfacer los deseos de mi madre los fines de semana.

MERCEDITAS— Pues no vayas a quejarte que al menos tú puedes ir a un hotel como Dios manda, y no empiezas tu jornada de verano aguantando a los delincuentes de tus hijos y al egoísta de tu marido que no se ocupa de nada.

Merceditas es una de las recepcionistas de la empresa; trabaja media jornada. La otra media, que dura 10 horas MÁS al día, la invierte en su casa y su familia, aunque por ella no cobre más que disgustos y un aumento progresivo de sus canas; y una reducción, también progresiva, de su autoestima.

CLARITA— De eso se ha quejado mi madre toda su vida, porque en mi familia no había más opción que ocupar el apartamento de Salou que nos dejaba la tía Emilia, en el que mi madre pasaba horas sacando brillo y preparando comidas, para que no berreáramos al volver de la playa muertos de hambre y tuviéramos el pisito impecable, por si regresaba inesperadamente la excéntrica de su hermana, si le había salido rana el novio que conoció en la pescadería.

Foto: Marijo Grass

SONSOLES— la becaria en prácticas—. Por lo menos tenéis vacaciones. Yo debo quedarme todo el verano con este sueldo de mierda para pagar el crédito del Master.


MERCEDITAS— Cariño, eso es invertir en tu futuro, para que no acabes como nosotras y puedas pagar una asistenta gracias a un curro decente que te regale independencia; que no te complique la vida y que seas tú quien decida el menú, las vacaciones o la ropa que te pones, ¡qué narices!

LA LOLA, jefa de compras de la empresa—. Este año me voy a Nueva York de rebajas. Ya le he dicho a mi novio que el senderismo es incompatible con mi colección de sandalias. ¿Cómo cree que voy a lucir mis adquisiciones en el campo, rodeada de bichos y donde sólo bailan los pájaros? Hemos llegado a un acuerdo: yo me voy a Nueva York y él a gastar la suela de las zapatillas que no usa en todo el año.

Foto: Marijo Grass

SONSOLES— Tú si que sabes. Yo sueño con Nueva York todos los días, con la beca que me permita instalarme allí una temporada, para olvidarme del capullo de Vicente, que me ha dejado por otra que tiene un barco; y el muy cabrón al enterarse se ha arrimado a su vela: ¡a la del velero!, porque arriar la suya me costó la mitad de la primavera.


Foto: Marijo Grass

En ese instante aparece Marta en el office en busca de su décimo café del día. Merceditas sostiene que es una perfecta insatisfecha cuyo deporte favorito consiste en coleccionar trabajos y maridos. La versión de Marta es que a ella no le corta nadie las alas, ni siquiera sus hijos.


LA MARI— dirigiéndose a la recién llegada—. ¿No te vas a poner tostada con semejante cantidad de torrefacto en el estómago?

MARTA— Estoy acabando la memoria que me pidió el jefe; cuando la entregue le pido el finiquito. ¡Que le aguante los humos su madre, que para eso lo ha parido!

CLARITA— ¿Ya habéis decidido lo de las vacaciones?

MARTA— Puedes quitar el plural de tu discurso. He roto con Antonio, así me ahorro un par de semanas de aburrimiento y reproche, después de organizarlo todo. Me largo a la India a meditar en un ashram. Necesito trabajar mi yo espiritual, y de paso averiguar por qué la vida pone siempre en mi camino a una colección de gilipollas que me chupan la energía y no me dejan disfrutar.

Foto: Marijo Grass

MERCEDITAS— Y, ¿no has pensado que quizá eres tú la que tiene que cambiar?


MARTA— Mira guapa, no tienes idea de lo que he sido capaz de soportar…Necesito un poco de paz en mi vida para resurgir de mis cenizas. Y un curso de yoga y meditación en el lugar adecuado me puede ayudar.

SONSOLES— Parecéis una pandilla de amargadas. No puedo creer que hacer un viaje con la familia o en pareja os resulte tan incómodo que, si tuvierais elección, estaríais dispuestas a renunciar. Si ese tipo de cosas suceden con frecuencia me quedaré con veinte años para el resto de mi vida.

LA LOLA— Tranquila, que no es contagioso, a pesar de que las estadísticas apuntan lo contrario. El Consejo General del Poder Judicial sumaba 70.000 separaciones en el primer trimestre del ejercicio pasado; pero ahora han descubierto que las cifras aumentan después de Navidad y no en verano; aunque tengo una amiga abogada matrimonialista que, de septiembre a noviembre, factura diez veces más que el resto del año. Yo soy de las que despotrican todo el tiempo pero he pactado el que dedico a mi pareja. Me largaré a Nueva York una semana de compras mientras él se patea sus caminos rurales a pié o en bicicleta. Pero también hemos reservado 4 días en un spa de la costa, para dar rienda suelta al romanticismo sin darle tiempo a que nos aburra la convivencia.

Pues… yo me sumo a Lola, porque es imposible que suene la flauta a gusto de todas; y qué mejor que dedicar unos días de vacaciones a una misma, en los que puedas hacer lo que te apetezca tú sola o en compañía de tus amigas. Eso es bienestar para tu cuerpo y energía saludable para liberar oxitocina, y así regresar a tu rutina sin estrés, y enamorada de tu novio y de la vida.


Me hubiera gustado poner banda sonora a este relato, pero como soy una Blogger novata no he conseguido solucionarlo. Para aquellos que os gusta recrear las historias con música, había elegido un par de temas: “ Palabrara” y “Sol en Leo” del álbum “Goza Pepillo”, para disfrutar del sonido tropical de estos músicos divinos, que se han reunido bajo el nombre de: INTERACTIVO. Aconsejo escucharlo a buen nivel de decibelios para GOZARLO MÁS si cabe.


Foto: Marijo Grass

¡¡¡Felices Vacaciones a todos los comensales de esta cocina!!! Yo seguiré sirviendo el menú los jueves hasta que pueda escaparme a leer bajo los pinos: un guión inédito de mi gurú en asuntos literarios me espera impaciente, o impaciente estoy yo por tumbarme en una hamaca a degustarlo de una sentada.

Pd: Compré el álbum del que os hablo en La Habana, pero lo he redescubierto en ITunes.