15 de abril de 2010

SI ME DAS A ELEGIR

Ilustración: Alexandra González


Esta mañana, al terminar la clase de plástica, la señorita ha colgado en el pasillo nuestro trabajo; dice que es una exposición. Cada una ha pintado a su mejor amiga. Yo he hecho a Maddy, con el pelo más largo y el jersey rosa que le gusta, porque su abuela la llevó a la peluquería de Londres en vacaciones y dice que está fea, por eso la he pintado guapa, con el pelo largo de antes, y ahora está más contenta. Martina se ha enfadado porque me ha hecho el retrato y yo no. Ahora no quiere ser mi amiga porque a mí me han dibujado tres y a ella ninguno. Dice que no me va a invitar más a su fiesta de cumpleaños. Pues, ¡vale!, yo tampoco la invitaré a la mía.


Yo tengo muchos pero que muchos amigos, pero ahora tengo que borrar a Martina por culpa de la señorita. Yo quería dibujar a TODAS mis amigas de la clase, pero ella ha dicho que sólo valía una, que teníamos que ELEGIR. Y, ¿por qué tenemos que ELEGIR una amiga si tenemos más? Pues ahora hay otros niños enfadados porque nadie los ha elegido y no tienen dibujo. Y tendré que escribir en el diario que me compró mi tía Layla en el chino lo que ha pasado, y tachar a Martina de mi lista porque ya no quiere ser mi amiga nunca más.





Foto: Marijo Grass


Masha, Andrea y Lyn también son amigas del cole, pero no están enfadadas porque tienen su retrato en la exposición.


Maddy viene a casa muchas veces, y se queda a dormir y todo; y jugamos a profesoras y a bebés, o hacemos una obra de teatro con los peluches; y con Max también, que le gusta hacer la voz del tigre, o jugar a Harry Potter, que ahora tenemos capa y varita mágica. Max no se enfada y me regala canicas. Alba y Virgi tampoco, que no son del cole pero son más amigas.


Mamá dice que mis mejores amigos son mis hermanos de corazón, porque los he elegido yo, no como los de sangre, que no se eligen, pero yo no tengo, por eso mamá me explicó el cuento de los hermanos de corazón, porque yo tenía muchas hermanas imaginarias y la señorita llamó a mi mamá, y ella me dijo luego que no pasaba nada, que las podía tener en casa, pero que no hacía falta que hablara de ellas en el cole a las otras niñas o a la señorita, ni explicar que me llevan a patinar, o que hemos ido a África a visitar animales, o que viajamos por el Mapamundi de mi habitación y conocemos países: ¡nada de nada!





Foto: Marijo Grass


A veces juego a que yo soy una de ellas y, cuando voy al súper o algún lado con mi madre le digo que me llame como las sirenas de la serie que vemos Maddy y yo.


—Cleo, cariño, ¿puedes alcanzarme los yogures? Date prisa que tenemos que recoger a tu hermana.


Y lo hace en voz alta para que la gente crea que soy Cleo, no ZOE, y a mí me encanta; pero a veces me dice que hay que diferenciar la realidad de la fantasía, y entonces me convierto en Zoe, que soy yo, y ya no tengo hermanas; y cuando llego a casa llamo a las de corazón o a Max y hacemos dibujos y nos vamos a África a llevar comida a los animales. Y Max dibuja tigres y leones, y yo cebras y jirafas, entonces mamá nos enseña un libro que pone dónde viven y qué comen y todo eso. Y, cuando estoy sola, dibujo a todas mis hermanas y les cuento las cosas.





Ilustración: Alexandra González


Ahora me voy a casa porque Maddy se queda a dormir; nos vamos a dar un baño de burbujas con mucha espuma, que no lo hacemos siempre porque mamá dice que hay poca agua y tenemos que ahorrar. Maddy se ha traído su cola de sirena, que es elástica y tiene purpurina. Y entonces hacemos de sirenas y nos peinamos; y vienen los novios, que no saben que somos sirenas porque tenemos la cola debajo del agua; y nos reímos y les cambiamos los Pokemon y los Dragon Ball, y luego se van.





Foto: Marijo Grass


Y no tenemos que elegir ni nada porque si alguno no nos gusta, o es un pesao, no hacemos que sea novio de una sirena y ya está. Y si algún día tengo novio de verdad no será un pesao; será divertido y viajaremos a muchos países y él me enseñará las cosas que sabe y yo le enseñaré las que sé yo, y así sabremos más y será muy guay, y jugaremos juntos y tendremos muchos hermanos de corazón porque los suyos y los míos se harán amigos.





Foto: Marijo Grass



Mi madre nos ha preguntado qué queríamos para cenar, y hemos dicho espaguetis. No entiendo por qué lo hace si yo la oigo hablar con otras madres y siempre dicen que a los niños no hay que preguntarles qué quieren cenar porque así no acaban nunca; y ellas trabajan mucho, y todos deben cenar lo mismo porque no estamos en un restaurante; pero cuando vienen mis amigos a casa nos deja elegir la comida; y baila y se disfraza con nosotros; y le pone voces a los muñecos como hace siempre, y también lee los cuentos con voces, por eso mis amigas dicen que mi madre está loca pero es guay y divertida y quieren una igual. La madre de Max también está loca, pero es amiga de la mía y se entienden.





Foto: Marijo Grass


Los padres de Maddy son ingleses y nacieron en el mismo sitio que LOS BITELS, que son músicos antiguos que le gustan a mi abuela, y la suya vive en Londres y tiene sangre india.

Yo quiero ir a Londres también porque tengo el cuento de Katie en inglés, que me trajo mi mamá y no pude ir con ella porque estaba trabajando con unos músicos, y yo tenía que ir al colegio, que es mi trabajo. En mis cuentos Katie se llama Carlota, y siempre va a los Museos con su abuela que se queda dormida en un banco, y entonces Carlota se mete en los cuadros y se va a los sitios con los personajes, que le enseñan muchas cosas.





Ediciones SERRES


Yo también viajo y voy a los sitios con mis hermanas imaginarias, pero en el cuento de Londres Katie se sube a un león con su hermano y visitan la ciudad, y es muy guay; por eso quiero ir a Londres a ver al león que te enseña los sitios.





Orchard Books


Y Maddy ha ido a ver a su abuela en las vacaciones, pero no se ha quedado dormida en un banco para que ella se fuera con el león. La ha llevado a una peluquería que no le gusta pero dice que le dejaron jugar con un ordenador y poner peinados a su foto, y eso era muy guay pero cortar el pelo no. Me ha traído unos soldaditos de la guardia de no se qué, pero a Max le gustan más que a mí y le he dado uno, y se lo he dicho a Maddy y, ahora está enfadada y se ha puesto a jugar con Martina en el patio; y yo me he enfadado también porque Martina ya no es mi amiga y, si te hacen un regalo ya es tuyo, y se lo puedes dar a alguien que le guste más, por eso lo tiene Max, pero yo no quiero tachar a Maddy de amiga. No sé si pedir a Max que me devuelva el regalo para que Maddy no se enfade.





Foto: Marijo Grass


Mamá dice que debería hablar con ellas, que así es como se arreglan las cosas, y que no hay que obligar a nadie a ser tu amigo o a jugar, que los amigos se eligen, que no son de tu propiedad, y que tengo que aprender a compartir, que como no tengo hermanos me estoy haciendo egoísta, pero, ¿no decía que mis mejores amigos eran los hermanos de corazón? A veces no entiendo a mi madre, aunque esté loca, y sea guay, y le guste a mis amigos.


Hoy ha venido al cole un músico que se llama MANU CHAO. Nos ha hablado de muchas cosas, y de otros países donde los niños son muy pobres y no tienen ni pupitre ni libreta ni regalos de cumpleaños. Dice que ellos no han elegido ser pobres ni nacer en familias que no tienen comida, y por eso en vez de ir al cole trabajan en el campo. He pensado que podría enviarles un paquete con juguetes y cuentos y pinturas porque, yo tengo un montón y allí no llegan los Reyes Magos ni nada.


Luego nos ha cantado una canción y nos hemos puesto a bailar, y le he dicho a Maddy que podíamos enseñarle nuestra coreografía a Martina; y Javi y Luis también se la han aprendido; y creo que ya no tengo que enfadarme nunca más, ni tachar a nadie en mi diario, y podré ELEGIR a todas las hermanas de corazón que yo quiera.



Ilustración: Alexandra González