CANALLA 1- SUPERHÉROE 0

Foto: Marijo Grass

— Pero, ¿qué cojones haces en casa? Y, ¿por qué no contestas al puto móvil?

— Pasa tío, no te quedes en la puerta.

— ¿No te largabas al Caribe, o por ahí?

— ¡Que va!, bueno, sí. Da igual. ¿Quieres un café?

— ¿Café? ¿A estas horas? ¿No tienes una birra?

— Supongo, voy a ver.

— Tío, ¿estás enfermo?, ¿Y Marga? Tienes un careto de puta pena. Pareces Daredevil después de que Bullseye se cargue a Electra y Kingpin le joda por completo.

— Ya, puede ser.

— Tío, ¡he visto el álbum! El friki de la tienda de tu barrio lo ha puesto en el escaparate. Tienes que dejarte ver por allí. Habían dos de tus putos fans comprándolo. Yo no, he supuesto que me lo regalarías pero, les he dicho que era tu mejor amigo y se lo he firmado y todo. Espero que no te importe, tío.

— ¡Qué va! Tú mismo.

— No he podido resistirme y me he pillado la Guía Marvel de Nueva York. Es muy grande, tío. Este verano me voy a hacer la ruta completa. Deberías venir conmigo.

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— No sé, en este momento sólo me puedo ir a JODIDOLANDIA.

— Pero, ¿qué dices tío? ¿No te vas a sacar una pasta con el álbum? Y, ¿No tienes la presentación oficial en el Salón del Cómic? Pero, ¡si lo vas a pasar dabuten!, rodeado de periquillas pidiéndote que les firmes autógrafos en las tetas.

— Seguro.

— Tío, tienes menos texto que los dibujitos del Jason: el de las historietas mudas del hombre pájaro.

— Ya.

¡Chhht! by Jason. Astiberri Ed.

— ¿No te digo? Oye, ¿por qué has cancelado el viaje? ¿Se ha retrasado la peli de Marga otra vez?

— No, ella se ha ido.

— ¿Adónde?

— De viaje.

— ¿Por la película?

— No, ya han terminado el rodaje. Se han tomado una semana de descanso. ¡Nuestra semana de vacaciones!

— Y, ¿por qué no te has ido con ella?

— Ha cambiado de opinión. Dice que necesitaba ir sola, para recuperarse del estrés.

— ¡No jodas!

— No jodo. Estoy jodido, que no es lo mismo.

— Oye, ¿no tienes unas olivas para acompañar la cerveza? Es que no he desayunado. Pensaba sacar a tu perro y tomarme el aperitivo por ahí pero, ya que estás aquí y no voy a pasear a Krypto…Bueno, ya que he venido, si quieres me lo llevo a dar una vuelta, que a las tías les mola tu perro.

— Bueno.

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— Joder, tío. ¿Se ha muerto alguien?

— Marga.

— ¿No me has dicho que estaba de viaje?

— Era una metáfora.

— Pero, ¿habéis roto o qué? Venga, tío, desembucha. Así te quitas el mal rollo.

— Está bien pero, vamos a mi madriguera, que si le tiras la cerveza en el sofá me corta los huevos.

— No sé cómo te has instalado en el trastero para currar, ¡si esta casa es la ostia de grande!

— Ella no quería renunciar a su despacho, ni a su vestidor, ni a su habitación para meditar y hacer yoga.

— Eres un pringao.

— Además, estoy acostumbrado a moverme en espacios diminutos. Ya lo sabes. Creo que debería volver a mi apartamento.

— Pero, tío, ¡si en esta urbanización hay piscina y todo! Y, ¡te estoy cuidando el piso de puta madre! Allí no puedes currar, con todo el ruido del centro, y los baretos llamándote para que bajes a tomar copas, y pierdas la concentración, y no acabes los dibujos; o te líes con la primera que se pone a tiro, o tengas que esquivar borrachos echando la pota cuando sales a hacerte el cafelito. Además, con la cafetera que te regaló Marga por tu cumple, que parece una nave espacial, no necesitas salir a perder el tiempo en el bar de la esquina. En fin, que aquí estás mejor.

Foto: Marijo Grass

— Creo que mi relación con Marga no funciona.

— ¿Qué pasa? ¿Ya no quiere follar contigo?

— Bueno, eso también pero, la noto muy extraña, como ausente. Ya sé que es la gran directora de producción y todo el mundo le viene con marrones pero, hace mucho que no se ríe conmigo. Ni siquiera se ha mirado el álbum editado, y eso que le dejé un ejemplar en su despacho, para que viera la dedicatoria, con un ramo de flores enorme.

— A lo mejor no ha tenido tiempo.

— Es que son muchas cosas… Me llama para decirme que vendrá a cenar, y yo me lo curro cocinando dos horas, y al final aparece a las 3 de la mañana. Ya me lo ha hecho un par de veces, ¡en 15 días!

— Tío, en su trabajo, los imprevistos están a la orden del día.

— Y si no lo del viaje: me pasé mil horas, enganchado a Internet, montando una ruta por el Caribe alucinante; de las que le gustan a ella, con mucha playita salvaje y relax por un tubo y, de repente, el día antes, o sea ayer, me viene con la historia de que no le apetece irse tan lejos y se va a coger el primer avión que encuentre en cuanto llegue al aeropuerto. ¡Menos mal que pagué el seguro de cancelación!

— Pero, tío, ¡podíamos haber ido nosotros!, a tomar mojitos y rodearnos de mulatas.

Foto: Marijo Grass

— UGGH!

— Era broma, tío. Sí que es raro, pero ya sabes que a Marga le cogen esos prontos.

— Joder, ¡le he dedicado el álbum!: el trabajo más ambicioso de mi vida, y ni siquiera se ha molestado en echarle un vistazo.

— Tío, su curro es muy poco agradecido.

— Pero, para contestar mensajitos al director de madrugada sí que tiene tiempo. ¡Si lo ve 16 horas al día! ¿Por qué tiene que dar el coñazo el poco rato que está en casa? Así es imposible mantener una conversación, o dormir, o echar un polvo.

— Ya.

— Cada día me sorprenden más las tías. Si vas de canalla pierden el culo, y si las colmas de atenciones te dicen que invades su espacio o pierden el interés.

— Creo que necesitas follar. Deberíamos salir a emborracharnos.

— Pero, ¿no te das cuenta? Me aburre follar con desconocidas, aguantarles el rollo toda la noche para hacer una muesca en el cabecero y salir corriendo, o pegarme un susto por la mañana cuando me despierto y las veo a la luz del día y sin una gota de alcohol en el cuerpo.

— Tío, pareces un yogurt caducado. De ahí al Geriátrico hay un paso; y luego, a viajar con el Imserso.

— ¡Que no es eso! Antes de que apareciera en mi vida me aterrorizaba la idea de la pareja, me molaba tener siempre unas cuantas revoloteando a mi alrededor pendientes de mi llamada, aprovecharme de las fans que querían que las convirtiera en un dibujo, en la heroína de mi próxima historieta, pero ahora he descubierto que me encanta preparar un plato de espaguetis y abrir un buen vino cuando llega a casa por la noche. Ver una peli juntos, planear viajes, escuchar su opinión sobre mi trabajo, ir a un concierto...

— Ya veo. Estás colgado de Marga hasta las trancas.

— Marga me inspira. Se me ocurren cosas hablando con ella.

— Una musa no dura eternamente, y seguro que hay un montón esperando conocerte. Tienes que encontrar otras fuentes de inspiración.

— Pero a mí me gusta Marga.

— Creo que voy a buscar más cerveza. ¿Te traigo una?

— Bueno.

Foto: Marijo Grass

— Tío, necesitas cambiar de aires. Deberías venir a Nueva York conmigo. Nueva York es la ciudad de los superhéroes, como nosotros, tío. Allí vive Spiderman, Daredevil, El Capitán América, Los Vengadores…Hasta Los 4 Fantásticos, que eran de Central City, se mudaron allí en la segunda entrega.

— Se me han quitado las ganas de subir a un avión. Seguro que se estrella conmigo dentro.

— Venga, tío. Tenemos que ir al Puente de Brooklyn, para que entierres a Marga de una puta vez. Allí se cargó el Duende a Gwen… Y Spiderman no la pudo salvar.

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— Pero yo quiero salvar mi relación con Marga.

— Tío, espabila. Marga es historia.

— ¿Qué quieres decir?

— Ha muerto, lo has dicho tú antes.

— Se ha largado esta mañana de viaje. Me has pillado en caliente.

— ¡Que no, tío! No quería decirte nada pero el otro día la vi en el KGB tomando una copa.

— Bueno, supongo que tiene todo el derecho del mundo a tomar una copa donde le apetezca.

— Sí, pero no estaba sola.

— Eso ya me lo imagino.

— Tenía una mano sobándole el culo y una lengua en el esófago.

— El propietario parecía director de cine.

— No digo que te deshagas de ella en el puente de Brooklyn pero: puedes tirar sus fotos o algo, como un ritual para olvidarla. Me parece un lugar excelente para liquidar ese capítulo de tu vida. Si te da mal rollo yo lo haré por ti, colega.

Imagen: Marijo Grass

— ¡No te puedo creer!

— Demasiadas señales. Vamos a Nueva York, tío, y arroja algo suyo al puente. No querrás rescatarla porque estará muerta, como Gwen, en plan simbólico, me refiero. Bueno, tú ya me entiendes.

— Estoy flipando.

— No me extraña. Lo siento, tío. No te hubiera dicho nada, en fin, que podía entender que tuviera un desliz, yo que sé pero, viendo el estado en el que te encuentras, no me ha quedado más remedio.

— Ya.

— Vamos a dar una vuelta, tío, con el Krypton, que se liga un huevo.

— No me apetece ligar.

— Bueno, tío, pero al perro sí. No seas tan cafre, joder.

— Vale, está bien, pero tendrás que devolverme el apartamento.

— Eso sí que es una putada pero, no te preocupes que me llevo mis trastos cagando leches. Voy a arreglar la casa de mi abuela, que ahora se ha ido con mis viejos. Podías enrollarte y ayudarme a pintar.

— ¡Eres la ostia!

— Tío, La Antorcha Humana y Spiderman son colegas desde pequeños, como nosotros, y siempre quedan en la Estatua de la Libertad. Podíamos pasar por allí. Seguro que se te ocurre alguna historia en la que ganemos por goleada los superhéroes.

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— Pero, ¿es que no te das cuenta?

— ¿De qué?

— He firmado un contrato por 4 álbumes, y Marga es la prota. Si tiene éxito me puedo pasar AÑOS dibujándola.

— Uff, ejem, bueno, no sé, pues conviértela en replicante malísima, y entonces aparece su creador: un científico loco que vive en una madriguera, o sea tú mismo, y la desconectas; o la haces mutante y tope fea, y dibujas otra guapa que le haga la vida imposible. Tío, ¡ya se te ocurrirá algo! Nueva York va a ser tu fuente de inspiración. Ya verás, tío. La venganza creativa es lo mejor.

— ¿Cuándo nos vamos?

Imagen: Marijo Grass
Personajes: Marvel Characters.inc

Este relato va dedicado a JUAN, por compartir el entusiasmo por el cómic y la animación.