22 de octubre de 2009
Comer SANO ES Comer BIEN
Esta mañana, de camino al colegio y como cada miércoles desde que empezó el curso, mi hija lo ha vuelto a pedir.
—Mami, ¿puedes decírselo a Ramona?
—¿Estás segura? ¡Hoy dan helado de postre!
—Jo, mami, ya lo sé pero, es que hoy toca macarrones. Y tú sabes que con esos macarrones no puedo.
—¿Te acuerdas cómo se puso la semana pasada? Al final va a pensar que eres una niña caprichosa y yo una mala madre que te consiente todo.
—Mamiiiii, que yo me como la verdura y la ensalada que no quiere nadie pero, a esos macarrones le ponen una salsa asquerosa y, tienen mucha grasa y, no puedo; y de segundo hay hamburguesa. De verdad, mami, que NO, que luego me duele la barriga; ¿por qué no vienes un día al comedor y los pruebas?
—Vale, vale. Se lo digo, pero tendrás régimen hasta el viernes, que ya sabes que si lo pido te lo dan tres días seguidos.
—¡Qué bien!
Esto así, sin más, resulta sorprendente: una niña de nueve años— con una figura estilizada y atlética por la que muchas venderíamos nuestra alma al diablo—, prefiere un plato de arroz con pollo y una manzana a unos macarrones con carne, hamburguesa y una tarrina de helado, de las que NO saben a helado.
Las madres de sus amigas me señalarán como culpable del desorden alimenticio-emocional que muestra mi hija quien, por voluntad propia, renuncia al menú que triunfa en el comedor escolar; aunque lo que le pesa es la sobredosis de colesterol que le produce malestar estomacal; pero las cosas no son lo que parecen, o a mí me parece que no parecen lo que son.
Hace una semana, Ramona me recibió de esta guisa:
—¿Otra vez la tienes mala de la barriga?— interroga, con un tono de censura mezclado con manifiesta desaprobación.
— Bueno, algo así— le respondo, sin intención de ampliar el discurso que justifique por qué solicito que le den menú de régimen en el colegio. Además, ¡a ella qué más le da! Su trabajo consiste en apuntar las incidencias. No sé por qué le preocupa que la niña prefiera arroz hervido a un plato de macarrones. ¡Si me van a cobrar lo mismo por el menú!
—Y, ¿qué le ha dicho el pediatra?, ¿ le parece normal que le duela tanto la barriga? ¿No será que tiene cuento?, para no comer, me refiero.
—Mi hija come de maravilla, pero está acostumbrada a platos más ligeros. El pediatra dice que jamás había tratado tantos niños con desórdenes alimenticios o sobrepeso como en los últimos años y que es una suerte que se haya acostumbrado a comer sano.
—¡A todos los niños les encanta la comida que ponemos! Si hay madres que me dicen que en casa ni la prueban… y aquí quieren repetir.
—Siempre hay excepciones; mi hija debe ser una de ellas.
—Y, ¿a usted le parece normal poner a régimen a una niña tan flaca?—. No es que mi hija esté flaca, es que a ella le sobran unos veinte kilos y supongo que eso altera un poco la percepción de la gordura.
—Oiga, yo no he puesto a régimen a mi hija, entre otras cosas porque no lo necesita; pero está acostumbrada a comidas más ligeras porque tiene el estómago delicado y, si no le sientan bien los macarrones con esa salsa tan pesada, pues le da arroz hervido y sanseacabó. No veo dónde está el problema. Además, no le estoy pidiendo nada especial; apunte a mi hija en la lista de niños enfermos y ya está.
—¡Pero su hija no está enferma!, que yo la veo en el patio saltando a la cuerda y dando volteretas. ¡Eso es!, seguro que lo que le sientan mal son las volteretas que da en el patio después de comer y usted le echa la culpa a los macarrones, que todos se comen la mar de bien…
—Bueno, pues a ella la enferman; así que tiene todo el derecho a estar en esa lista.
—¡En mi vida he visto nada semejante! Convencer a su hija que está enferma, luego no se queje si a los quince se hace anoréxica.
—Oiga que yo no…
Esta es una típica conversación entre besugos, porque desde que los miércoles se han convertido en el día de los macarrones y la hamburguesa, me empiezo a parecer a Mrs. Moley, y Ramona a Groucho Marx; y lo peor del caso es que debería ser al revés:
Mrs. Moley— Esto ya me lo contó ayer.
Groucho— Ya lo sé, pero me dejé una coma.
Es evidente que ha conseguido sacarme de quicio. Me empiezo a preguntar por qué interpreto a un besugo cuando lo único que debería hacer Ramona es apuntar el nombre de mi hija y al lado: régimen, ¡y ya está! Me está entrando el complejo de madre coraje a lo Belén Esteban con su “andreítacoñocómeteelpollo”, pero esta vez es:
” Le da usted el pollo a mi Andreíta o le monto la de San Blas y le traigo a la prensa, que se van a enterar porque MI HIJA ES LO MÁS GRANDE QUE TENGO, y yo, por mi hija, MATO!”
Me fastidia que después de tanta campaña institucional para acostumbrar a los niños a la comida sana y reducir el porcentaje de obesidad infantil— que ya está por el 1-4 según parece—, tenga que justificar que a la niña le sientan mejor los espaguetis con aceite de oliva y unas briznas de parmiggiano o el pescado a la plancha con una picada de ajete y perejil.
Ayer mismo escuché a una madre, al salir de la piscina, que una investigadora de la Universidad de Navarra había enviado una propuesta al Ministerio de Sanidad para que suban los impuestos a la comida rápida y se apliquen subvenciones a la dieta mediterránea porque, estando como está la economía, los Mc Donalds y Burger King están haciendo el agosto todo el año. Y ya sabéis que soy una auténtica seguidora de todo tipo de estudios o propuestas rocambolescas que se realicen en las Universidades de aquí a Kuala Lumpur…
En fin, que no es que yo esté obsesionada, más bien se trata de herencia familiar. Mis padres, siempre adelantados a su tiempo, predicaban con el ejemplo. Recuerdo perfectamente a mi mamá inventando personajes que nos invitaran a comer sano: como “Vista de águila”, que se ponía morado de zanahorias, que mejoraban la vista y tenían vitamina D: la mejor para desarrollar superpoderes. Supongo que el organismo se acostumbra y se repiten los patrones. Ahora mi hija prefiere una tortilla con tomatitos cherry o palitos de pepino a una hamburguesa con patatas.
—Que sepas que tu niña intercambia las albóndigas por la ensalada con Pedrito. Ambos están encantados con el trueque porque aquí no se levanta nadie hasta que ha terminado de comer— me decía la cocinera de educación infantil cuando tenía cuatro años—. ¡Es lo más raro que he visto nunca en un niño de esa edad: ¡cambiar la carne por un trozo de lechuga!
—Pues estoy segura que dejará de serlo— le respondo con total convencimiento—. En la próxima década el menú de los pequeños será BIO, todos reciclaremos la basura y dejaremos de considerar lo ajeno mejor que lo nuestro; por algo nos gastamos un dineral en exportar nuestra deliciosa gastronomía y triunfamos en el mundo deportivo. Hasta se extinguirá la familia Bush y los americanos acabarán teniendo un presidente negro… o hispano. ¿Qué te apuestas?
—¡Anda ya! Lo de la comida tiene que cambiar, que hay muchos niños con sobrepeso, pero no es la que les damos aquí sino la bollería industrial que les compran cuando salen del colegio…Pero lo del presidente negro, jajaja. ¡Eso no lo verán ni mis nietos!
¡Pero qué clarividencia!, si yo anticipé el futuro con un lustro de antelación. Deberían felicitarme y todo… Y pensar que Rappel y la bruja Lola se han forrado prediciendo memeces que eran vox populi antes que ellos las convirtieran en predicción; como que a Lady Di le ponía los cuernos el soso del príncipe Carlos con una señora sin el más mínimo glamour. Esto si que es agua pasada porque al final se convirtió en tragedia de proyección planetaria; la guapa perdió la vida huyendo de los paparazzis y se ganó la inmortalidad mediática; y la fea se quedó con el príncipe, que por algo era tan feo como ella; y a mí, que siempre me pareció un adefesio sin pizca de gracia me empieza a gustar y todo, después de probar unas galletas buenísimas que me han hecho descubrir su imperio alimenticio; y ahora resulta que ha ampliado el negocio con otra guapa celebridad elaborando más productos macrobióticos.
La supermodelo-actriz- productora Liz Hurley, casada, o quizás ya no, con un riquísimo y auténtico Marahá de la India, está a partir un piñón con Carlitos: “ Su Alteza Real, el príncipe de Gales, es una inspiración para mí…”— apuntaba orgullosa, subida a unos tacones de vértigo durante la presentación. Parece que: “ han unido sus esfuerzos lanzando al mercado una nueva línea de comida orgánica, saludable y moderna”. ¿Moderna?, ¿desde cuando la comida inglesa es moderna? Duchy Originals: delicious organic meats, Biscuits and desserts, que es la marca principesca, lo es; elabora comida moderna con los cerdos, vacas y gallinas que tiene la Hurley en sus 400 hectáreas de Gloucesterhire.
La noticia que, para variar, he leído mientras pelaba cebollas en un diario antiguo desata mi curiosidad de inmediato y me obliga a buscar información en su web, donde descubro las excelencias del negocio y el príncipe insulso empieza a caerme bien; porque no es asunto real involucrarse en un modo de vida saludable, que también. Lo más importante es su compromiso con el medio ambiente y sus obras de caridad y, por encima de todo, la demostración de que con ideas brillantes puedes triunfar; y no es su condición de príncipe sino su astucia empresarial :
“ Sometimes the simplest ideas can have a profound effect”— apunta en su declaración de intenciones
Y yo reafirmo mi postura ante la censura semanal de Ramona:
—Querida, ¡comer sano es comer bien!
Por cierto, las cebollas asadas al horno con piel y después laminadas y con aliño de: aceite de oliva, jugo de lima o limón y una pizca de sal, pimienta y orégano, resultan una deliciosa guarnición.
BON PROFIT!
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MODERN LIFE
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34 comentarios:
Reafirmo y apoyo todas y cada una de las palabras que has escrito TO-DAS.
Con mis hijas me pasa igual, sólo que en vez de con la profe del comedor con la abuela y ex-suegra porque hay algo peor que una suegra?, sí, una ex-suegra y abuela de tus hijos.
A mis hijas no puedes darle ni pizzas, ni hamburguesas, ni bolleria, ni refrescos ni nada...no les gustan, en cambio dales verduras de la forma que sea, legumbres, o pescado y no hay problema.
La "iaia" que sólo cocina zafarrancho de combate y que no da de comer sino que ceba, no entiende que no coman "lo que todos los niños comen" y me dice que las tengo a régimen para que estén delgadas.
Lo que ella no ve es que las chiquillas cuando comen en su casa luego me vuelven a casa empachadas y con dolor de tripa, ni que su otro nieto de 10 años que come todos los días con ella está tan gordo el pobre que cualquier día redola.
Como dices..tanta campaña contra la obesidad infantil y si luego los niños comen bien son raritos...
Enhorabuena por esa hija que tienes con tanta personalidad.
Besos preciosa!
Bravo! ole por tí! sí señora... me ha encantado.
¿¿¿Macarrones, hamburguesa y helado??? Mira que yo soy de buen comer y esencialmente carnívoro, pero suena a menú duro de digerir... Ya podían diseminar tantas calorías a lo largo de la semana, ¿no...?
Yo es que siempre he pensado que, siguiendo unos patrones más o menos razonables (que haya presencia de verdura, pescado, etc...), hay que dejar que los niños coman lo que quieran... y lo que puedan. Porque hay una absurda tendencia a unificar de la forma más torpe posible, y seguro que tu niña no puede comer lo mismo que el chico más grande de su clase.
Y sí que es genial que la cría sepa lo que quiere y lo defienda como puede, sí, así da gusto...
Vaya con la cocinera.. menuda "metomentodo"... será la envidia de ver una niña sana y delgada a la que le gusta la comida sana. En mi casa los miercoles mi madre tiene la costumbre de hacer macarrones al horno, que a todos nos encantan jejeje. Pero por lo general yo también procuro hacer comidas sanas, y reducir lo que pueda las pizzas, patatas fritas y demás... Aunque los fines de semana... sin querer me suelo saltar la dieta :-( jijiji. ¡Ah! y me encantan las cebollas al horno. En mi cocina las cebollas son imprescindibles. Tengo una amiga que odia las cebollas y no cocina NADA con cebolla. NADA. Yo cada vez que lo cuenta alucino. Un abrazo.
Claire, apoyo tu gusto por las cebollas, yo no podría vivir sin ellas...
Yo tambien me apunto a las cebollas de hecho no concibo la cocina sin ellas, mi cordero guisado con muchisima cebolla y ajo, es una delicia, mucho mejor que asado.
Felicidades por tener una niña tan preciosa y tan consecuente con su pequeño problema, la pena es que los adultos "que saben ( o deberían saber)" demuestra que a veces un crio tiene mas seso que ellos.
SIMONE: qué razón tienes con lo de las suegras o todas aquellas mujeres que se dedican a cebar a los niños: ya sean sus hijos o los hijos de sus hijos. Yo creo que es una cuestión generacional. Supongo que se trata de mujeres que igual crecieron en la posguerra y siempre tienen el congelador lleno por si acaso les pilla un desastre nuclear sin haber ido al supermercado; Tampoco gozan de educación en la materia y bajo su punto de vista cuanto más grasa mejor alimentao el churumbel.
Entiendo perfectamente tu desesperación pero no le veo remedio al asunto; tampoco creo que tu suegra esté por la labor. Lo que me parece alucinante es la gravedad de los desórdenes almenticios en aumento desde la infancia y el asunto del sobrepeso en niños que todavía no tienen edad para hacer botellón y criar barriga cervecera.
Que la Generalitat de Cataluña se gaste un dineral en campañas de concienciación por el peligro que supone la obesidad, especialmente en los niños y, las enfermedades cardiovasculares que desarrollarán en un tiempo récord, y que yo me tenga que pelear en un colegio público, que se supone cuenta una dietista por ley, y que tenga la sensación de que la dietista que elabora los menús sabe de dietética lo que yo de armenio, o sea, nada de nada, es algo que me exaspera y me desespera a un tiempo. Y, como bien dices, ahora resulta que la rarita es mi hija porque prefiere una ensalada a la hamburguesa.
En fin, que me encanta la cebolla, que nunca falta en mi cocina como el ajo o una buena colección de hierbas aromáticas.
Un besote
EL TIEMPO PERDIDO: encantada de tenerte por aquí de nuevo...y que disfrutes del menú!!!
JUAN: das en el clavo. Hay que comer de todo pero de forma razonable. El menú que sirven los miércoles en el cole es una bomba.
CLAIRE: Yo creo que hay que cuidarse pero tampoco se trata de ser radical, que pegarse un homenaje el fin de semana con un fantástico aperitivo es un gran placer al que me niego a renunciar.
LA QUELI: Oye, qué bien suena ese plato de cordero con toneladas de cebolla y ajo, Ummmm. Y eso que no soy nada carnívora pero, si algún día me lo preparas te aseguro que me lo zampo, jajaja
Felicitaciones! Por lo que escribiste, por enfrentar a Ramona y por criar tan bien a tu hija.
Consejito: conseguite un certificado médico para que no te ......... (rellenar con la variante preferida de insulto que ya sabés) nunca más.
Besotes
¡Ya hubiese querido yo que mi hijo prefiriese la lechuga a las hamburguesas! Pero sigue convencido de que lo verde, para los conejos.
Tienes suerte con tu hija.
Besos.
Todo es producto de una mentalidad anticuada, las abuelas actúan según la ecuación niño rollizo = niño sano, supongo que es debido a la posguerra y todo eso.
Celebro que tengas una niña con tanta personalidad y caracter, seguro que es un sol.
Disfruté de nuevo.
Kisses.
Guapa pásate por mi blog que allí tienes un premio.
Felicidades!!
Qué suerte que le guste más la comida sana...es una ventaja.
Yo odio las verduras cocinadas, pero para compensar adoro la lechuga, el tomate...toda las hortalizas que se comen crudas!!
Pues que suerte tienes con tu niña, lo cierto es que es bastante excepcional...la mayoria de los niños adora la comida basura.
Gracias por tus posts de cada jueves son un soplo de aire fresco en mi IMBOX.
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has expuesto en el post. Hay un gran problema de obesidad en los niños ¿y que una educadora infantil no se de cuenta de eso? me parece lamentable y patetico. En fin, que este pais no tiene solucion, ya te llegan a decir como hay que educar a tus propios hijos...despues pasa lo que pasa y asi nos luce siempre el pelo....Yo le hubiera puesto la olla de macarrones por sombrero jajaja un saludo desde el Sur del Sur
Vaya, me ha encantado, el texto entero. Sería genial que todos nos acostumbramos a comer como tu niña, soy su fan! :)
Sólo tú eres capaz de meter a Liz Hurley en un comedor escolar.
me ha gustado muchisimo todo lo que he leido aqui, ojal mi hija comiera asi de bien, no come mal pero come poquiiisiiiimo.
increible lo de la profesora, ellos son los primeros que deberian proporcionar un menu equilibrado y ligero, pero en fin, es mas comodo el rancho.
un saludo guapa
LADY: Ya tengo el certificado médico y, lo mejor de todo es que me lo ha ofrecido el pediatra después de relatarle la anécdota!!!
LOLA MARINÉ: Eso de que lo verde es para los conejos ya me lo decían a mí en el cole al verme roer una zanahoria mientras que mi compañera de pupítre sacaba un bocata de pan bimbo con plátano, leche condensada y colacaco; y la de delante otro de panceta con queso y una bolsa de patatas fritas.
ADRIANA: Lo del niño rollizo igual a niño sano ya es una ecuación decimonónica. Ayer leí en la prensa que, a una mujer de no sé dónde con 5 hijos la habían amenazado con quitarle la custodia si no los ponía a dieta. Y debo añadir que la foto de la familia al completo que ilustraba el artículo daba miedo!!
SIMONE: Millones de gracias por el premio. Me lo llevo encantada.
BICHEJO: Yo también disfruto mucho de cualquier vegetal crudo. Un día de estos escribo un post sobre aliños estupendos para aquellos que se resisten todavía.
ZOE: El éxito de la comida basura entre los pequeños tiene que ver con los padres que incluyen el Mac Donalds en sus planes de ocio.
¡Qué bien que disfrutes con el menú!
CENTOLLO: La idea de poner la ollla de macarrones por sombrero a Ramona ha estado revoloteando por mi cabeza todo el tiempo, jajaja
NOVIEMBRE: Le voy a decir a mi hija que sus costumbres alimenticias son tan dignas de admiración que ya tiene fans como Hanna Montana. A lo mejor así deja de sentirse rarita.
NOEMÍ: Es lo que tiene el arroz, combina hasta con imposibles, jajaja
AMPARO: Bienvenida, me alegro que te guste el menú de esta casa. Tienes razón, lo peor es que pasen esas cosas en el cole.
Qué bien!! Con el certificado no te pueden molestar más. Y menos que menos acusarte de nada a vos! Ay! Pagaría por ver la cara de Ramona al ver el certificado. Yo "le pararía el carro" y le diría que no vas a tolerar frases como éstas: "Convencer a su hija que está enferma, luego no se queje si a los quince se hace anoréxica.", menos aún después de llevarle un certificado. Y le agregaría que la próxima vez que te diga algo así "vas a tomar medidas". Es una simple amenaza, no es que la vayas a cumplir (o que puedas hacer algo), pero ella no lo sabe y no parece demasiado inteligente como para sospecharlo. ;P Sí, soy una bruja pero estoy cansada de la gente que puede ir tranquilamente diciendo pavadas sin que nadie las frene.
Por favor, contá el final de esta historia. ;P
Besotes
LADY: Ramona ( que por supuesto no se llama Ramona) es de armas tomar. Mi hija me decía que después de esa bronca la ha estado vigilando en el patio todo el tiempo mientras saltaba y brincaba con sus amigas. Es lamentable, y mira que yo tengo paciencia pero, hay determinados individuos/as capaces de acabar con ella, jajaja Ya te contaré como acaba esta batalla!!
jajaja!! Bueno, manteneme informada del final de esta historia.
Viste la película infantil "Lluvia de hamburguesas"? Me hizo acordar a lo que te pasó.
Besos
hola jo, como te lo había prometido, aqui estoy leyendo tu artículo, riendo a pata suelta y sin dar crédito a lo que leo. de veras que es increíble la contradicción del estado. pero bueno, se ve que no tienen actualizadas las redes de información. te recomiendo que envíes este artículo a alguna página del ayuntamiento o a quien corresponda:) soy gaby la chica que te depiló hace un par de días. estuvimos comentando con otras chicas sobre ti. ya tienen tu dirección así que en cualquier momento aparecen por aqui... ya estas en mis favoritos, te seguiré. un saludo grande.
LADY: pues no, no he visto esa peli, ¿ será porque yo tampoco le tengo devoción a las hamburguesas?jajaja
A lo mejor debería alquilarla a ver si me da unas cuantas ideas para acabar con todas las Ramonas!!! jaja
MEGAGOBY: Hola guapa, qué bueno encontrarte por aquí y qué estupendo que invites a tus amigas. Voy a tener que pensar en cambiar el menú de los jueves por un banquete!!! Estupendo. Todas Bienvenidas!!!
MEGAGOBI: Mi niña, no puedo entrar en tu blog. Deja la direción!!!!
Ara entenc perquè et defineixes com a cuinera¡¡
Pasas del problemes del menjador escolar, a la bruja Lola desprès apareix el príncep d'Anglaterra amb la Liz Hurley, tot ben barrejadet i et queda una historieta ideal¡¡ jajaja.
Que divertida que eres querida Jo,!
Cuentas con tanta amenidad una cosa tan seria como es nuestra alimentación que lo leo pensando y riendo, las dos cosas.
A mi de pequeña, y yo a mis hijos, siempre me decían y dije yo, que Popeye comía muchas espinacas porque eran las que le daban la fuerza.¡que verdad!
Un beso Lola
Dios, la comida sana, que guerra tienen los padres mexicanos con sus hijos en este tema. De unas decadas a la fecha se ha incrementado el indice de obesidad tanto en personas adultas y niños, mas en niños. Y es que el problema radica en dos vertientes uno, que no se ha hecho un programa institucional bien de alimentación o de estilo de vida saludable, solo se ve como subtemas teoricos en secundarias y primarias.
Además esta el problema de que las escuelas públicas no se cuenta con comedores escolares, más si con mini-tinditas que malamente le venden a los chicos comida chatarra.
Y en lo que respecta a tu hija, debes de sentirte muy orgullosa, pues desde muy pequeña se esta formando una estructura que una buena alimentacion obtendra una buena calidad de vida.
Pero de antemano querida Marijo sabes que tienes mi cariño y mi parecio, y que tienes un gran talento.
No te puedes imaginar la envidia que me da tu niña... yo quiero ser como ella y que me gusten todas las verduras!!!
¿Me adoptas? Jajaja!!!
Un besitooo
Todo es cuestion de educación...si a los niños se les acostumbra a comer sano, comerán sano...si todas las madres lo hiciesen, se evitarían muchos problemas...
Bss!!!
AYXA: me encanta que lo pases bien!!
LOLA: lo de la fuerza de Popeye con las espinacas ya me lo decía mi madre, y mi abuela, jaja
A lo mejor estaba de moda por la terreta!!
CRIS: Aquí se dice " En todas partes cuecen habas" Y, con razón por lo que cuentas.
Un superabrazo
ACOOLGIRL: La verdad es que no creo que sea solo suerte pero tú no te perocupes que yo te adopto enseguida, jajaja
GIRL FROM LIBANON: Ahí está el quid de la cuestión. Los niños comen según les enseñas a comer, salvo algunas excepciones funciona.
Besos
pero qué maravilla de hija, dónde las venden??? yo era una pesadilla hasta hace poco para cualquier novio cocinitas que me echara, porque no comía de casi ná, y mi marido casi me deja antes de la boda porque se vino a vivir conmigo, adora cocinar, y yo le hundía todas sus propuestas con un 'no me gusta la cebolla, no me gusta el tomate, no me gusta el brócoli...', hasta que un médico me puso las pilas de la vida sana, pero mis primeros enfrentamientos con las ensaladas datan de hace tan sólo cuatro años y juro que lo pasé realmente mal, me iba al gimnasio donde hacían ensaladas buenísimas, y me pedía una yo solita, sin acompañantes, y me enfrentaba al plato como quien se pone como meta subir al Himalaya, casi lloraba del asco que me daba... ahora adoro casi todas las ensaladas, aunque sigo sin poder ver ni la cebolla cruda ni el pepino, eso ya son palabras mayores... tengo un hijo pequeño y mi objetivo es que coma de todo, especialmente verduras y frutas, porque no sabéis lo mal que se pasa cuando no comes de casi nada y te invitan a una casa a comer, yo he fingido hasta desmayos por no hacer un feo al cocinero, porque es que hasta me daban arcadas al probar cosas como la lechuga, y todo estaba en mi cabeza... ojalá todos los papis fuéramos como tú Jo!!!
Bueno que un crio le gusten las verduras es increible, yo no se que mania tienen con lo verde.
Es una suerte que a tu hija le guste este tipo de comida, seguro q en el futuro eso le acarreará muchisimos beneficios.
Un besete.
MANUELA: Bienvenida a esta cocina!!
Yo creo que todo se reduce a lo que te acostumbras de pequeña pero es cierto que en algunas ocasiones y con algunos niños no funciona. El asunto de la comida se limita a hacer algo divertido con ella. De entrada que tenga buena vista y después adiestrar el olfato y el paladar. A mí me encanta inventar platos y aderezos y, por supuesto, concibo el placer de comer como un ritual así que lo convierto en una fiesta todos los días.
SANDRA: Estoy segura que cuando sea adulta mi hija lo agradecerá; igual que yo se lo agradezco a mis padres, que me enseñaron a comer sano cuando no era un tema de actualidad.
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