31 de marzo de 2011

NO SOY MALO, SOLO SOY GAY

Foto: Marijo Grass


La verdad es que he sentido un gran consuelo al regresar a casa y encontrar a Archi en la puerta, esperándome, sentado sobre su maleta. A pesar de estar viviendo en la otra punta del globo, ha tenido los cojones de subir a un avión para brindarme su apoyo y acompañar mi duelo. Debió verme muy mal cuando le conté lo sucedido por el Skype.


—¡Tío, qué fuerte… ! —exclamo, al tiempo que me abalanzo sobre él para robarle un abrazo—. Te habrá costado una fortuna… —susurro emocionado, sin levantar la cabeza de su hombro; recibiendo con su simple contacto el cariño que tanto he añorado en las últimas horas para evitar volverme loco.

—No digas chorradas, Mario. ¡Para eso estamos, joder! No te preocupes ahora por la pasta —. Y, ha continuado abrazándome en mitad de la calle, exactamente como necesitaba; y yo, por fin, he arrancado a llorar.


Minutos después hemos subido a mi apartamento. Ni siquiera ha querido echarse un rato para mitigar el jet lag. Después de una ducha y un café bien cargado me ha propuesto dar una vuelta cerca del mar. Hemos permanecido callados durante todo el trayecto, recuperando nuestro silencio: el que practicábamos de niños cuando se agolpaban las ideas y necesitábamos ordenarlas antes de empezar a hablar; entonces éramos capaces de expresar nuestro ánimo sin articular palabra. Me conforta comprobar que todo sigue igual.



Foto: Marijo Grass


—Y, ¿ahora qué? —declaro en voz alta, mientras Archi continua con la mirada fija en el horizonte, observando bandadas de gaviotas asediar un barco de pesca, que regresa al puerto tras faenar en aguas profundas—. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Sentirme culpable el resto de mi vida? ¿Dejar de ser yo mismo para que ella descanse en paz?

Archi se gira, negando con el gesto, censurando mi drama. A continuación, me quita el sombrero y se lo pone; saca un cigarrillo y lo enciende imitando a Bogart, preparándose para disparar una de esas frases que sientan cátedra.

“¡Si la cabeza dice una cosa y tu vida dice otra, la cabeza siempre pierde!” —exclama, ofreciéndome una brillante interpretación; y aspira con fuerza su cigarrillo, dejando salir una gran bocanada de humo.

Cayo Largo —apunto al instante—. John Huston. 1948—continúo, esbozando una tenue sonrisa al recordar nuestros viejos juegos cinéfilos.




Foto: Marijo Grass


—Ella siempre lo supo, Mario; solo fingía no verlo, y siguió así hasta el final. Su jodida educación católica le impidió asumirlo —afirma convencido, aplastando el cigarrillo bajo la suela de su bota.

—Lo sé… De todas formas no es normal que me regalara semejante despedida. ¿Qué es lo que pretendía? Nunca tuvo una relación decente; se los quitaba de encima con la excusa de que ninguno era como mi padre.

Cojo un guijarro y lo lanzo con fuerza al mar.

—No la juzgues mal. Estar solo endurece. Tu madre generó un cáncer a causa de la frustración y la soledad.

—Nunca quiso saber nada de mí, de mis sentimientos…

Empiezo a caminar por el malecón. Archi me sigue dos pasos atrás.

—No estaba preparada para aceptar el sentido de tu… “singularidad”—alega.

—Creo que solo vivió su vida a medias, y ni siquiera se dio cuenta.


Nos detenemos contemplando el mar. Instantes después nos sentamos en un banco de piedra, frente a la ensenada. Archi me rodea los hombros con su brazo, como si fuéramos una pareja que pasea su amor al salir del trabajo.




Foto: Marijo Grass


—¿Recuerdas aquella fiesta, cuando cumpliste 9 años? —pregunta, al tiempo que me regala una caricia en el pelo.

—Solo recuerdo haber robado unas cervezas. Ese día probamos el alcohol por primera vez. ¡Ah! Y tu declaración de amor a Sofía, a grito pelado, desde lo alto de un árbol.

—¡Qué guapa y qué intrépida, Sofía!

—¡Qué mal me sentó!

—¿La cerveza?

—Tu declaración.

—Pues, tu madre lo dijo ese día. La escuché hablar con tu tía Elisa, mientras me zampaba una bolsa de ganchitos, escondido bajo la mesa.

—¿Qué dijo?

“Creo que nunca veré un hijo de Mario”




Foto: Marijo Grass


Archi y yo crecimos juntos; éramos vecinos y compañeros de colegio; nuestros padres íntimos, antes de que sus respectivos divorcios rompieran ese vínculo. Siempre fuimos inseparables: los mejores amigos. Cuando apareció Sofía en nuestro refugio estival la acogimos como una más del equipo; después de aquél accidente, que malogró nuestros planes, la enviaron de regreso a su hogar antes de lo previsto. No volvimos a verla hasta que se presentó con su madre, seis meses más tarde, en mi fiesta de cumpleaños.




Foto: Marijo Grass


En aquella cala, testigo de múltiples hazañas, nos creíamos dueños de nuestro destino: un rincón mediterráneo, al abrigo de un frondoso bosque de pinos, donde pasábamos el verano, instalados en una antigua casa de pescadores, con portones de madera pintados de colores vivos; el escenario perfecto para nuestros juegos piratas, que estimulaban la sed de aventuras, e incitaron aquella vez a coger la barca hinchable, sin el permiso ni la vigilancia de un adulto.




Foto: Marijo Grass


Ese día de agosto amaneció brillante; el mar a nuestros pies se mecía sereno, perfecto para remar sin peligro; pero en esa zona se levanta la caprichosa tramontana sin previo aviso, y el azote inesperado del viento, sumado a nuestra inexperiencia como marineros, nos gastó una broma pesada: volcamos, perdimos los remos y el control de la barca sin poder evitarlo; lo que me obligó a demostrar mi pericia como nadador, que tanto había estimulado mi padre, para ayudar a mis amigos a llegar al acantilado, ya que fue imposible recuperar la barca. A punto estuvimos de ser arrastrados por la corriente y perecer ahogados.




Foto: Marijo Grass


No sé si fue el miedo, la descarga de adrenalina, o la excitación que nos produjo zozobrar en el imaginario buque pirata: el de los cómics que devorábamos a la hora de la siesta escondidos en la pinada pero, una vez a salvo sobre una roca, magullados y jadeantes, convencidos que aquél podía haber sido nuestro último baño, los tres experimentamos un impulso irrefrenable de abrazar al otro; como si se hubiera despertado un instinto animal que iba más allá de nuestra camaradería, o necesitáramos expresar una atracción desconocida; algo mucho más físico, que no entendíamos ni habíamos sentido antes; solo que ese arrebato no fue recíproco. Aquél día descubrí que deseaba a Archi, él a Sofía y ella a mí. El incidente se desvaneció minutos más tarde, al ser descubiertos por un vecino que acudió a auxiliarnos, y que no dudó recomendar a nuestras madres un buen castigo.



Foto: Marijo Grass


Aquella noche me fui a la cama acalorado, disfrutando de un curioso bienestar, aunque ya no teníamos a Sofía con nosotros, y nos habían prohibido el baño y las escapadas al bosque hasta el final de las vacaciones. Observar la pierna de Archi balancearse en la litera de arriba me complacía; escuchar su respiración tan cerca me proporcionaba seguridad, puede que un cierto alivio; ni siquiera me molestaba el zumbido de los mosquitos, y el canto de los grillos aportaba una banda sonora celestial. Yo no entendía el alcance de todo aquello pero, la turbación que invadía mi cuerpo, el corazón palpitando a la velocidad de la luz, la sensación de que podía volar agarrado al canto de mi sonrisa, confirmaron que me había enamorado de Archi, y que, sin lugar a dudas, era gay. Y, llegar a esa conclusión, me liberó de un extraño peso que hasta ese momento había acarreado en mi vida. De repente, me sentí cómodo, liberado, y feliz.



Foto: Marijo Grass


Creo que Archi intuyó mis preferencias sexuales antes que yo mismo y, al contrario que algunos conocidos, años después, nuestra amistad se fortaleció tras reconocer que el amor que sentíamos el uno por el otro era distinto, pese a la desazón que me invadió al principio, al no ser correspondido. Siempre hicimos de paño de lágrimas si no funcionaban nuestros ligues; él me proporcionó la fortaleza suficiente para enfrentarme a las calumnias, cuando se cruzaron en mi vida personas que navegaban en un mar de prejuicios. Una vez llegó a decirme que, era una lástima que no tuviera un buen par de tetas y el sexo afrutado, de ser así no hubiera dudado en casarse conmigo. Al principio me pareció un agravio, pero luego me dí cuenta que se trataba del halago más bonito que jamás me habían dicho.

Nunca he sido una locaza, amante de las citas rápidas en la sauna o en un cuarto oscuro; solo soy un tío a quien le gusta irse a la cama con otro tío. Eso era lo único que me diferenciaba de Archi.




Foto: Marijo Grass


Cuando salíamos de marcha juntos, siempre se reservaba algo chistoso para provocar la risa entre mis nuevos “amigos”; afirmaba que nuestros gustos eran producto de la educación caduca y machista que habían recibido nuestros padres, cuyo patrón familiar repitieron con sus hijos porque, de niños, nos hacían soñar con profesiones uniformadas y nos regalaban hombrecitos de juguete, como pilotos, policías o bomberos; y, por eso, de mayores, seguíamos deseando tenerlos, pero de carne y hueso.




Foto: Marijo Grass


—Bueno, ¿qué tal tu vida en las Antípodas?—le pregunto, intentando olvidar mi desazón por un instante.

—Las australianas tienen los pies demasiado grandes, como las tías que dibuja Robert Crumb. ¿Te acuerdas? No acabo de acostumbrarme. Diane utiliza el mismo número que yo— relata, soltando una risotada—. ¿Y Tú? ¿Cómo te va con William? ¿Habéis avanzado algo?

—Ya sabes: guapo, arquitecto, educado, inglés… Me dice sorry después de correrse encima.

—¡No jodas!

—¡Me encanta! Ha conseguido que vaya a una clase de spining a primera hora de la mañana; y es muy bueno con nuestros viejos juegos cinéfilos.

—¿Por qué no lo llamas? Podíamos cenar los tres juntos. Todavía no te he dado mi aprobación, y sabes que yo siempre seré “la otra”, jajaja.

—¡Cabrón!—. Y de nuevo nos hemos desafiado peleándonos, hasta fundirnos en un intenso abrazo: maduro, sincero y, sobre todo, amigo.


Hace solo unas horas, pensaba que jamás superaría las últimas palabras de mi madre, antes de cerrar los ojos para siempre:“ ¿Por qué saliste malo? ¿Por qué tuviste que hacerme esto?”, ni la certeza de que tampoco, esta vez, escuchó mi respuesta: “No soy malo, mamá; solo soy gay”



Foto: Marijo Grass


Imaginaba que, por encima del bien y del mal, una madre quiere a sus hijos y desea su felicidad, aunque no comparta sus creencias, sus expectativas o su filosofía. Creo que ahora me siento capaz de asumir que ese fue el último error que cometió en su vida, y lo que debo hacer es honrar su memoria, seguir adelante y vivir la mía.



53 comentarios:

Angie dijo...

Un escrito genial como a los que nos tienes acostumbrados, justo hoy vi este video y me parece que acopla genial http://www.youtube.com/watch?v=Qf71U4sErQU&feature=topvideos

besos

Sonix dijo...

Me ha gustado mucho, como siempre! Esta vez es una historia sencilla, con pocos personajes, pero cargada de significado. Suerte tiene este chico de tener a un amigo tan bueno que le apoye, de otra forma y con esa madre, quizás se hubiese venido abajo. Y seguro que eso le pasa a muchos o muchas que luchan contra lo que son porque creen que es lo mejor.
Esa referencia a Crumb me ha gustado, ¡qué pies y piernas tienen sus chicas! xD
Muy bonita la historia, de amistad y comprensión. Es muy gratificante leer algo así.
Un beso!

Anusky66 dijo...

me has dejado con el corazon en un puño , por que me ha recordado mucho a una historia cercana y muy similar.
No logro entender a esas madres ,que tan bien has descrito , para mi un hijo/a es un hijo/a por encima de todo y por lo tanto también de culturas y/o religiones .

Unbesazo ( aunque hoy lleva un poso de tristeza por el protagonista)

Juan Rodríguez Millán dijo...

Por decirte algo nuevo, me encanta tu manejo del tiempo, tus saltos al pasado y al presente. Creo que te encajan siempre de maravilla. La historia me es ajena y no tengo referentes reales en mi vida, pero, una vez más, consigues que sienta empatía con el protagonista, y eso es genial. Y las fotos... Puf, me siguen encantado, hoy más incluso que otros días...

Anna ( blog princesa) dijo...

Un relato genial, siempre con tu gran toque de ironía.
Me encanta guapa, me encanta.

Besos

juanjo dijo...

Conozco a mucha gente que ha sufrido mucho por no poder o no saber reconocer su opcion sexual.Conozco tambien personas que a pewsar de ser homosexuales se han acabado casando con una mujer para que sus padres se sintieran orgullosos de ellos
Besos

Anónimo dijo...

El amor de una madre a su hijo debería estar por encima de todo, pero tristemente la realidad no es así... Hay gente que tiene la cabeza tan sumamente comida por ciertas creencias que no ve qué es lo realmente importante en la vida :(
Besotes!

Squash dijo...

En uno de los episodios de Los Soprano, cuando la peña descubre que uno de ellos -desaparecido- es gay, le llaman al móvil y descubren que está de viaje. Entonces Paulie (uno de los capos de Tony Soprano) dice para sí mismo: "He won´t suffer any jet lag because he`s a fuckin' jet fag"... tu historia hizo que lo recordara.

;-)

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

Perdón, es que ahora estoy de mega-ultra-híper-macro-fan de Los Soprano. Better late than never.

Sandra dijo...

Muy humano, y muy real, supongo que hay personas que no aceptan este tipo de relaciones, la homosexualidad. Yo no es que no lo acepte, en esta vida todo es respetable, a mi lo que me pasa es que no lo entiendo. No entiendo ese tipo se sexualidad.

No juzgo a nadie, pero no puedo entenderlo.

Y conste que una de mis mejores amigas es lesbiana, casada y todo, con otra mujer clarosta, y bueno, sigo sin entenderlo, y ella sabe como pienso y no pasa nada, cada uno pensamos como pensamos.

feliz finde guapa.

Lola Mariné dijo...

Estupendo relato, Jo.
Si la cabeza dice una cosa y el corazón dice otra hay que hacerle caso al corazón, que no está contaminado de convencionalismos ni prejuicios.
Besitos.

Adriana dijo...

Ver por la calle una pareja del mismo sexo, agarrados de la mano y paseando forma parte de la vida cotidiana de cada uno, ya nadie -bueno, casinadie- lo ve como algo extraordinario, tienen las mismas expectativas frente a la vida que cualquier pareja heterosexual, pero lo que se reflejado es la amistad incondicional que existe entre ellos, que está muy por encima de su condición. Me encanto. Besos guapa.

Montse dijo...

Mi cabeza es sensata pero no mi corazón,se pierden oportunidades por tanta sensatez, y luego te arrepientes. Creo que un hijo ha de estar por encima de todo y aceptarlo como es. Muy buen realato. besitos.

Jo Grass dijo...

ANGIE: he visto el enlace; muy tierno; sí encaja con este relato1
besos

SONIX: estoy convencida que el soporte que le proporciona el amigo es decisivo para que el pobre Mario no se hunda. Que su madre le suelte eso en su lecho de muerte me parece una tragedia; dificil de convivir con ello...
*Siempre me han hecho gracia esas piernas y pies gigantes que dibuja Crumb a las chicas, jajaja

Jo Grass dijo...

ANUSKY: la verdad es que no era consciente del drama que estaba relatando hasta que terminé de escribirlo. Mi cabeza tenía más en cuenta la historia de amistad entre Archi y Mario.
Qué bien que resulte cercana. Ojalá sirviera para que alguna de esas "madres" reflexionara un poco!

JUAN: era lo que quería, Juan. necesitaba que, a pesar de resultarnos ajena la historia se creara empatía con los personajes; y , para mí, la amistad de esos chicos resulta sanadora y excepcional. Me encanta que hayas disfrutado también con las imágenes: son el 50% del trabajo que presento en el blog.
Besotes

Jo Grass dijo...

ANNA: gracias, guapa. me alegra que te haya gustado!
besitos

JUANJO: me parece terrible que todavía exista tanta gente que rehuya reconocer su condición sexual por puro prejuicio, o por contentar a su familia. Me produce una terrible tristeza. Estoy convencida que sufren y no disfrutan de la vida como deberían!

Jo Grass dijo...

IPODGIRL: yo también creo que el amor de una madre debe ser incondicional, pero todavía vivimos en una sociedad bastante machista y cavernícola con respecto a la libertad sexual!

SQUASH-RAÚL: ¿te estás regalando una maratón de Los Soprano? ¡Qué gran serie!

Jo Grass dijo...

SANDRA: yo también creo que es muy respetable la naturaleza de cada uno, y no me parece ninguna aberración que a algunas personas les atraigan sus iguales, ni creo que sea necesario entenderlo; sencíllamente es así, y cada cual debería poder disfrutar de la vida y el sexo que le guste, sin tener que esconderse o avergonzarse por ello.
Besitos y buen finde

LOLA MARINÉ: siempre hay que hacer caso al corazón. Lo demás acarrea una profunda infelicidad! Me alegra que te haya gustado!
besos

Jo Grass dijo...

ADRIANA: seguramente, los que vivimso en una gran ciudad estamos habituados a ver parejas del mismo sexo demostrando sus afectos por la calle y todo lo demás pero, por desgracia no es igual en todas partes, y menos en la España profunda; si no fuera así, no habrían tantos homosexuales quejándose por la cantidad de prejuicios que nos rodean, incluso cuando las celebridades que triunfan en los medios de comunicación o en el mundo del espectáculo nos hagan creer lo contrario.

MONTSE: es cuerto que la gente pierde infinidad de oportunidades de ser felíz cuando no es consecuente consigo misma o con su sexualidad!
Me alegra que te haya gustado.
Besitos

Lamardestrellas dijo...

Jo, lo mejor que te he leído. Enhorabuena.

Humberto Dib dijo...

Jo, qué buen texto, hay varias cosas que destacar, pero la forma en que llevas los diálogos, me mata. Piensa una cosa, para mí hay expresiones que no son de uso cotidiano y que me fascina verlas en un texto y contexto tan apropiado.
El tema es "complejo", puede ser tomado de muchas formas, creo que lo has hecho como una buena escritora.
Te dejo un beso enorme.
Humberto.

Claire dijo...

Una amistad preciosa pero la madre que en paz descanse.... vaya madre.Qué pena la verdad. Que tu propia madre no acepte como eres tiene que ser muy frustrante y más en algo así..
Al menos va a hacer lo correcto siguiendo con su vida y siendo él mismo.
Aunque digan que la homosexualidad está a la orden del día, su vida sigue siendo más dura que la de los eteros. Tu historia con esa madre homófoba es un ejemplo, porque aunque sea una ficción ocurre.
Besos y feliz finde.

Paty.sophia dijo...

me encantó, muy cierto, a veces las personas no pueden aceptar a quien es diferente, y no hay una desolacion mayor, que el hecho de que ese rechazo provenga de la familia
no creo que exista mayor soledad
pero tambien demuestras que se puede tener un amigo diferente, y eso no hace a ninguno de los dos malo o raro
si no solo difeentes
lo que a mi parecer fortaleze increiblemente una relación

acoolgirl dijo...

Ojalá existieran más hombres como Archie, me refiero al hecho de tener esa relación con una amigo de manera física y emocional... por desgracia, la mayoría de hombres siempre n tendrías bromitas en la boca y miedo a tocar y demás... idioteces machitas!!!

Un besitooo

Anónimo dijo...

Como siempre haces historias maravillosas que me hacen reflexionar.

Sigue así

AMBER LAKE dijo...

Maravilloso relato, me ha emocionado; sobre todo, esa preciosa descripción de las sensaciones que conlleva el descubrimiento del primer amor. El párrafo “Yo no entendía el alcance de todo aquello pero, la turbación que invadía mi cuerpo, el corazón palpitando a la velocidad de la luz, la sensación de que podía volar agarrado al canto de mi sonrisa, confirmaron que me había enamorado…” es soberbio.
Te felicito, Jo.

Elena dijo...

Cuando las cosas se viven con sinceridad y sin engañar a nadie, no hay maldad. Sólo existencia.
Muy buen relato :)

Aprilis dijo...

Absolutamente genial ! Me gusta mucho el juego cinefilo que has creado... cuanta sabiduría hay en algunas frases del cine... la que pusiste, es una muestra ;-) !

Feliz finde !

Cris dijo...

Me encantó este relato, bueno, como siempre tus relatos son maravillosos, y en nombre del "grtemio arcoiris" te aplaudo de pie. Pues gracias a tus relatos, nos abres más el camino hacia una verdadera equidad de genero.

En mi caso, he tenido siempre el apoyo de mamá, que hasta con todo y yerno quiere conocer...

Besos hermosa como siempre me ha llegado al corazón.

Anónimo dijo...

HOLA PRECIOSAAAAAAAAAA!!!!!!!

Que hermoso relato! Evidentemente el hecho de ser gay, sigue siendo una gran controversia y da mucha tela para cortar. Las imágenes, sin despèrdicio!!

Muchas gracias por la hermosa bienvenida que me diste, sos un amor!!

BESOTES HERMOSA Y BUEN FINDE!!

pseudosocióloga dijo...

Y todas esa fotos, ¿las tienes antes y son las que te inspiran o las haces sobre la marcha para decorar el relato?

Anna ( blog princesa) dijo...

Premio en mi blog guapa

Sr Nocivo dijo...

Me encanta la amistad entre los protagonistas y el mutuo entendimiento que existe entre ellos, ojala fuese así siempre. También me gusta mucho como describes el nacimiento del primer amor y el autodescubrimiento.

Marisa dijo...

Tu texto es realmente fantástico, Jo. Has sabido trnsmitir todo ese dolor que sienten las personas homosexuales cuando su libertad para amar no es entendida por su familia y su entorno, debido, en la mayoría de los casos, a estúpidos prejuicios sociales, morales y religiosos.
Me ha encantado el texto. Como siempre, camaleónica de emociones, Jo.
La fotografía 3ª la del barco en el horizonte y ese mar trayéndolo a la orilla me parece fantástica.

Muy buen trabajo, amiga.
Un besote y buen domingo.

Crispy♥ dijo...

Hola! te acabo de descubrir y me ha encantado tu relato. La educación es un arma muy poderosa. Y cómo nos educan en la infancia puede tener un resultado nefasto en nuestra vida de adultos. A veces esas personas sin empatía incluso por los de su propia sangre, sin capacidad de evolucionar y destruir las raíces de sus miedos a los demás, que como digo suelen venir de una pésima educación no me dan más que lástima.

Jo Grass dijo...

LAMARDEESTRELLAS: qué gran piropo! No sabes la ilusión que me invade leer que disfrutas leyéndome. Ojalá consiga algún día publicar textos más largos!
Besos

HUMBERTO: ya sabes que me parece imprescindible que los diálogos resulten creíbles y naturales. Un millón de gracias por tus palabras. Sueño con convertirme en escritora y sentir vuestro apoyo me levanta el ánimo!
Besotes

Jo Grass dijo...

CLAIRE: es verdad que queda mucho para que vivamos en una sociedad que acepte de forma natural la diversidad.
Un beso enorme, Claire!

PATY-SOPHIA: supongo que la situación más dramática es esta; que el rechazo lo recibas en el seno de tu familia.
Gracias por tu visita!!!

Jo Grass dijo...

ACOOLGIRL: tener buenos amigos es fundamental: son tu familia de corazón, los eliges tú. A veces la familia que te ha tocado no cubre tus espectativas. Archi es un ejemplo del amigo incondicional que hay que tener; para Mario es imprescindible porque si no se hubiera ido de cabeza al abismo de la culpa y el dolor!

WELZEN: me satisface mucho que las historias que invento permitan reflexionar sobre las relaciones humanas!!!

Jo Grass dijo...

AMBER LAKE: ¿de verdad te ha emocionado, Amber? El descubrimiento del primer amor en cualquier contexto y de cualquier persona me parece un tema exquisito, y recrearlo de forma literaria me emociona a mí también.
Mil gracias por tus hermosas palabras de aliento a un proyecto de escritora!

ELENA LECHUGA: esa es la cuestión: vivir con sinceridad, con uno mismo y con el entorno que te rodea!

Jo Grass dijo...

APRILIS: las citas cinéfilas resultan de gran sabiduría; la gran mayoría están isnpiradas en la realidad. Me alegra encontrarte por aquí y que te haya gustado el relato!

CRIS: me siento halagada por tus palabras...y que el gremio arcoiris me aplauda en tu nombre. Me acordé de tí cuando decías no encontrar historias bonitas con personajes como el que he inventado esta vez.
Un beso enorme!

Jo Grass dijo...

STANLEY: bienvenido de nuevo. me emociona que te haya gustado, Stanley, de verdaD.
Y mil gracias por mencionar las fotos porque este es un blog tan literario como fotográfico. Ya sabes que son mi fuente de inspiración para escribir!

PSEUDOSICOLOGA: soy fotógrafo y aprendíz de escritora, esto último bastante reciente en mi vida. En general siempre encuentro en mi archivo personal imágenes que me cuentan historias, que ponen rostro a los personajes que imagino o me enseñan los lugares en los que se desarrolla la trama, o resultan una metáfora del texto; no las hago a propósito, pero busco aquellas que me permiten ilustrar lo que quiero contar.

Jo Grass dijo...

ANNA: gracias, bella. Ahora me paso a recoger mi regalo. me emociona que hayas pensado en mí!

SR. NOCIVO: si hay algo que me parece importante en la vida son las auténticas relaciones de amistad. El autodescibrimiento me parece un tema inagotable para mostrar la diversidad.
Me alegra que te haya gustado. Pensaba que esta semana tendría menos lectores!! Me estoy llevando una grata sorpresa!

Jo Grass dijo...

MARISA: me parece muy dramático ver la cantidad de gente que sufre o hace sufrir al otro por sus prejuicios, del tipo que sean.
Qué bien que haya podido reflejarlo en este texto.
Otro besote para tí!

CRISPY: es cierto lo que apuntas. Creo que, como dice el personaje de Archi, todavía el lastre de una educación caduca genera una gran infelicidad en la vida de muchas personas...

Bienvenida a mi humilde cocina literaria. Regresa cuando quieras. Cambio el menú los jueves!

Nina Maguid dijo...

Qué bien contado y qué bien exploras la mente de los personajes.
Me ha tocado escuchar el desahogo de algún amigo, tan parecido a lo que escribes, o defender a algún otro ante su madre que solo veía traición.
Mi homenaje a los padres que crían hijos libres y son felices cuando ellos lo son.
Un beso, Josi, gracias por estos momentos.

Jo Grass dijo...

NINA: yo también aplaudo a los padres capaces de educar a sus hijos en libertad y aceptarlos tal y como son porque su felicidad es lo más importante. Lo terrible del asunto es que no son mayoría!
Me alegra encontrarte por aquí, bella!

Lola dijo...

Mi querida Jo: que gran canto a la amistad, a la amistad por encima de todo.
Tu relato es muy realista y las fotos son impresionantes.

Que has querido primar en tu post: la homosexualidad o la amistad?
Es muy bonito, muy bonito tu escrito. Besito Lola

Jo Grass dijo...

LOLA querida: creo que esta es la historia de una gran amistad que me sirve a su vez para hablar de los prejuicios. Me alegra mucho que la hayas disfrutado.
Besitos

VAN dijo...

Simplemente, me ha encantado. Qué bien escribes!! eres capaz de acoplarte a la perfección a cualquier personaje y eso no es nada fácil! Enhorabuena! Un beso grande xoxo

Jo Grass dijo...

VAN: mil gracias por tus palabras, guapa!

SK dijo...

Preciosa reflexión, ¿te puedes creer que hace 3 noches vi Cayo Largo?
Qué buena!!!
Continúo poniéndome al día...
Besotes!!!

Jo Grass dijo...

SK: qué buena peli Cayo Largo!
Me alegro que te haya gustado esta historia!
besines

LadySuchard dijo...

Siempre he pensado que el amor que siente una madre por su hijo debía estar por encima de cualquier prejuicio, y parece mentira que aún hoy exista gente así.

Jo Grass dijo...

LADY SUCHARD: lamentable pero real. Todavía existe demasiada gente cargada de prejuicios. Ojalá que en el futuro de las próximas generaciones se imponga el respeto y la tolerancia por las personas, independientemente de su preferencia sexual, su raza o su condición social.
Besos