6 de octubre de 2011

EL DESTIERRO DE SEBASTIÁN

Foto: Marijo Grass


“ Sebas, tío, lo siento, por la parte que me toca. Esta vez la hemos pifiado. Ellas no olvidan un desplante en la vida; no creo que Mariana sea una excepción. Casi prefiero regresar a la puerta fría y toparme de vez en cuando una clienta desesperada que me regale un rato de diversión“.
Leo en un correo de Jonás que tengo abierto frente a mí, mientras al otro lado de la mesa una horrible mujer, que apesta a excremento de animal, continúa su perorata sobre los beneficios que reportaría al banco—y por extensión al resto del pueblo que trabaja en su granja—, conceder una ampliación de crédito para comprar cerdos y jabalíes, además de modernizar la maquinaria.



Foto: Marijo Grass


¿Cómo cojones he llegado hasta aquí? Hace un mes ostentaba el cargo de Director de Grandes Cuentas en la sede central de la capital. Disfrutaba de un despacho de 70 metros con vistas al Retiro, una secretaria con una 115 de sujetador, que se dejaba arrancar el tanga a mordiscos un par de veces por semana, y un Audi último modelo, que me renovaban cada año como si fuera un futbolista del Real Madrid. Ahora mi situación es bien distinta. Montemayor de la Dehesa no es precisamente un destino turístico. La edad media de mis clientes sobrepasa los 60, las cuentas que manejo no son de millones, sino de miles o de cientos. Mi ático de diseño, en el barrio de Salamanca, se ha transformado en una pequeña casa de piedra, con un puñado de goteras y una cisterna en el exterior. No tengo vehículo de empresa y tampoco hay una mujer potable a menos de 300 kilómetros de distancia. Resumiendo: estoy acabado, y eso que no he cumplido los 33; ni siquiera creo que Mariana tenga algo que ver, como insinúa Jonás. La verdad es que estaba muy guapa, el día que se presentó con su traje de ejecutiva dispuesta a hacer limpieza de personal; los años y el poder le han sentado de maravilla. Si no me hubiera desterrado al culo del mundo estaría intentando ligármela.



Foto: Marijo Grass


Conocí a Mariana Gálvez a los 13 años. Su familia veraneaba en un pueblo de la costa, igual que la mía. Ella no formaba parte de mi pandilla, como Jonás, pero con frecuencia nos cruzábamos en el súper, en la playa o en una feria que instalaban al final del paseo marítimo. Hasta el día de la carrera no había tenido ocasión de tenerla tan cerca, a pesar de las miradas que nos regalábamos siempre: la mía descarada, la suya coqueta. Los chicos pasábamos la jornada estival recorriendo los alrededores en bicicleta, jugando al fútbol o haciendo apuestas en la playa sobre quién conseguiría salir antes con una extranjera. En esa época nuestras hormonas gritaban: ¡A las trincheras!, desde primera hora de la mañana. El simple hecho de rozar la pierna a una chica era suficiente para que asomara un pequeño bulto en la entrepierna, lo que nos obligaba a huir del lugar para aliviar la presión, aunque fuera detrás de un arbusto, dentro del agua o en una cochera. Ese verano descubrí, igual que muchos de mis colegas, el noble arte de matarse a pajas.



Foto: Marijo Grass


También empecé a hacer negocios con Jonás. Necesitábamos una manera de ganar dinero para sufragar nuestros caprichos; la familia nos había cortado el grifo alegando que teníamos edad de espabilar, así que atendimos con interés los consejos de su primo Federico, que curraba de comercial.

—La acción de la puerta fría es como la seducción: un proceso delicado de acercamiento y conquista para que el cliente se enamore de nuestro producto.

—¿Eso sirve para ligar con chicas? —preguntó Jonás, imaginando que él era el producto y las guïris que tomaban el sol en top less lo esperaban impacientes.

—Mira, chaval, con los negocios y las mujeres hay que ser ambicioso. El que la sigue la consigue, como un tipo llamado Sabeer Bhatia, que convenció a un inversor para un proyecto de correo electrónico gratuito llamado Hotmail, y le funcionó.

—¡Nosotros queremos una moto!—exclamé pensando en retos a corto plazo.

—Y conocer chicas. Con una moto y pasta para invitarlas a un helado, es más fácil que te hagan caso —concluyó Jonás.


La cuestión es que nos pusimos manos a la obra, creando planes de abordaje y estudiando a los potenciales clientes de la zona, para averiguar sus necesidades y ofrecer algo de su interés, como hacer recados a las viejas, repartir la prensa a domicilio o regar el césped de la urbanización, cada vez que el jardinero necesitaba una coartada para retozar con alguna mujer que tenía al marido en la ciudad, realizando la misma operación.



Foto: Marijo Grass



Estaba seguro que aquél iba a ser un día perfecto, puede que el mejor del año; se celebraba la final de una carrera de karts en la que me había clasificado. No gané la copa pero subí al podio, gracias a un nada despreciable tercer puesto. Mariana, en calidad de reina de las fiestas, le tocó darnos un ramo acompañado de un beso, que yo evité interponiendo las flores entre nosotros con un gesto torpe y un poco brusco. No es que no lo deseara, pero pensé que sería suficiente para activar mi pequeño cañón bajo el pantalón ajustado, delante de todos los presentes. Ella aguantó el desplante sin inmutarse, pero cuando se publicaron las fotos observé que aparecía roja como un tomate. Días después la vi en el pasacalles, vestida de reina, con un traje de color rosa y una corona, encima de una camioneta. No parecía muy contenta; me sentí responsable. Había escuchado las burlas de mis amigos comparándola con un volcán en erupción entre los galardonados; supongo que debió enterarse.


Foto: Marijo Grass


Un par de horas más tarde la encontré en la feria. Trataba de conseguir un peluche disparando con una escopeta. Me acerqué y lo gané para ella. Después la invité a subir a la noria. Supongo que aceptó para agradecer el gesto, porque era una chica educada, se supone que yo le gustaba y quería el muñeco. Cuando nos encontrábamos en lo más alto, decidí que era el momento de disculparme, me acerqué con la excusa de que tenía algo en el ojo y le estampé un beso en los labios, con tanta ineptitud que le hice daño, revelando mi falta de experiencia.


—¿Eres idiota o qué? —Se apartó de mi, sobresaltada.

—Te lo debía —respondí, olfateando el aire como un cabrón a punto de dar el salto sobre su cabra favorita. Ella se agarró a la barra de hierro que nos protegía y me regaló una expresión entre furiosa y turbada.


Decidí guardar silencio y contemplar la noche desde las alturas, mientras la noria giraba. Un par de vueltas más tarde me di cuenta que su rostro había cambiado. Una leve sonrisa asomaba entre sus labios; entonces decidí ir un poco más lejos y deposité mi mano sobre la suya. Quería repetir la escena del beso, pero en ese momento nuestro cascarón se paró en la salida, al tiempo que ella exclamaba:

—¡Yo no salgo con chicos que lo hacen!

Entonces fui yo el que se puso con un tomate y me largué corriendo.



Foto: Marijo Grass



Durante el resto de la semana intenté evitarla, pero fuera donde fuera me la encontraba, regalándome miradas qué tanto podían significar que le gustaba como que estaba deseando patearme el culo, así que me limité a sonreír como un gilipollas, imaginando que me enseñaba las bragas, cuando me hacía pajas por la mañana en la ducha.

Llegó el final de las vacaciones; se celebraba una gran verbena con fuegos artificiales. Jonás me avisó que solo dejaban entrar al baile si tenías pareja; se me ocurrió invitarla. Al fin y al cabo, era la reina de las fiestas. Seguro que a su lado conseguía comer gratis, incluso probar alguna que otra cerveza. Mi madre se empeñó en que me pusiera un pantalón largo de lino y una camisa blanca, además de unas sandalias que me apretaban mucho; me había pasado el verano descalzo y necesitaba un número más, como mínimo. Cuando llegué a su apartamento, toda su familia se asomó al balcón a inspeccionarme. Su hermana mayor me regaló una sonrisa cómplice, pero la de su hermano indicaba que si me pasaba un pelo no dudaría en liquidarme.



Foto: Marijo Grass


Nos dirigimos a los jardines del faro, donde se celebraba la fiesta; los músicos tocaban canciones que solo animaban a los más viejos. La dejé a pie de pista con la excusa de buscar unos refrescos, pero una vez en la barra encontré a Jonás con otros colegas y me olvidé de ella por completo. Mis amigos hacían apuestas para ver quien era capaz de sacar una sueca a bailar y rozarle las tetas; no tardé en sumarme a la gresca, dejando a la reina Mariana sin corona ni acompañante en la verbena. Más tarde, apareció en el puente desde el que contemplábamos los fuegos artificiales y me pilló dando un morreo a una holandesa. No hizo falta que viniera su hermano. Ella misma se acercó y me atizó con el bolso en la cabeza, fastidiando mi primera y única oportunidad de tocar las tetas a mi acompañante, que era un poco mayor y sí tenía experiencia.



Foto: Marijo Grass


Años más tarde leí su nombre en un diario universitario. Se había convertido en la primera de su promoción que obtenía Cum Laude en su tesis y la acababa de fichar una multinacional en Londres. A mí tampoco me habían ido mal las cosas, terminé la carrera y ascendí muy rápido hasta conseguir el puesto de Director de Grandes Cuentas, pero me equivoqué al dotar de un crédito millonario a mi amigo Jonás, que llevaba la gerencia de una importante empresa de construcción que se fue a la mierda, dejando una deuda en mi banco difícil de justificar. Entonces apareció ella, recién llegada de otra multinacional, para ocuparse de hacer recortes y sanear la entidad. Me pregunto por qué no me ha despedido; supongo que el destierro es mejor castigo.


Foto: Marijo Grass


Todavía estoy escuchando a la granjera cuando se abre en mi pantalla otro correo. No puedo creer que sea de ella. Me envía una canción de regalo desde Itunes, con un dibujo de un paquete envuelto en un lazo:

It ain´t me, baby, de Bob Dylan

No es culpa mía, cariño. Yo tampoco soy la mujer que buscas.
Good luck!
Mariana.




43 comentarios:

Jo Grass dijo...

Me pregunto por qué tarda tanto en cargarse mi página de blogger de la noche a la mañana. Si alguno tiene la santa paciencia de esperar y llegar hasta aquí, y sabe cómo resolver el problema, agradecería mucho esa información.
Un abrazo para todos.

Anusky66 dijo...

he llegado hasta aquí ,pero no se como solucionar el problema de la página , lo siento.
la historia genial !!!
la chica si que aplicó eso de que la venganza se sirve fría .

Unbesazo

Adriana dijo...

No veas como se las gasta la novieta del verano, el tiempo le ha servido la revancha en bandeja¡¡ Como para invitarla a una cena de viejos amigos ¡¡ Genial relato Jo y continuas con tus extraordinarias fotos. Por cierto, también tuve problemas para visualizar la página. Besotes

Jo Grass dijo...

ANUSKY Y ADRIANA: gracias por vuestra paciencia. No consigo arreglarlo. La página tarda una eternidad en cargarse, y si resulta desesperante para mí, no quiero ni pensar en vosotros. Me temo que el destierro de Sebastián va ligado a mi cocina, arggg!!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Sí que tarda en cargar, sí... Y lamento decirte que ni idea de cómo solucionarlo. Por mi parte, no te preocupes, en mi ordenador todo tarda en cargar, je, je, je...

Como siempre, me ha encantado. Como siempre, que bien te metes en la cabeza de tus personajes. ¿Te puedo hacer una sugerencia loca que se me ha ocurrido? ¿Cómo contarías esta historia desde el lado de Mariana...? No me digas que no tendría su aquel... ¡Y me quedo lo de la moto y el dinero para invitar a un helado, eso explica muchas cosas, je, je, je...!

juanjo dijo...

Me encantran las historias iniciaticas como la tuya
Besos

Jo Grass dijo...

JUAN: pues no sé cómo arreglarlo y tengo claro que estaré desterrada como Sebastián hasta que lo consiga.
Con respecto a tu idea loca, no me lo parece tanto. De hecho, lo hice con un relato de Raindrop; él exponía el punto de vista de un chico en una cita y le dejé como comentario su relato contado desde el punto de vista de ella. Tendremos que preguntar a los que aterricen por aquí, si es que aterriza alguien más, si le gustaría leerlo. Si no, lo retomaré en algún momento y te lo dedicaré,mi querido y admirado lector incondicional jajaja

Jo Grass dijo...

JUANJO: gracias Juanjo. Un honor que también hayas conseguido entrar. Nos hemos cruzado!
besos

Anónimo dijo...

Pues mira, Juanjo se ha tomado la molestia de leerme el pensamiento! Jajaja. A mí también me gustaría leer lo que tiene Mariana para decir, incluso lo que tiene que decir Jonás, el que consiguió el crédito para pifiarla... Ya sabes, una se engancha a sus historias y se muere de ganas de tener detalles sobre los protagonistas!! :D

Por cierto, a mí también me ha cargado lenta la página. Igual te ayuda http://tools.pingdom.com/ es un sitio donde introduces tu URL y te dice todo lo que carga, cuánto se demora por cada elemento que se carga y el tiempo total. Puede darte alguna pista sobre este destierro de Sebastián ;)

Ya nos cuentas! Un besote!

María dijo...

Me ha encantado y es que... nunca se sabe con quien nos vamos a cruzar en la vida. Realmente creo que alguna vez todos hemos pensado en algo así, ¿no?. ¿A quién despedir si estuviese en nuestra mano? o ¿ a quién no contratar? Lo mismo soy demasiado radical con esto jaja. Me ha encantado como siempre.
¡Muchos besos!

Cantares dijo...

Me encantó la historia.
Cerrá todos los programas y páginas y limpiá el navegador, borrá todos los sitios visitados cookies, todo, apagá pa pc, esperá dos minutos ¡se paciente! y reiniciala, volvé a limpiar y entrá a internet. A veces está saturado de basuras que se ahieren mientras navegamos.
Si es el IE entrás a opciones de internet, historial y ahí borrás todo
Besos

Anónimo dijo...

Tampoco fue tan vengativa, Mariana pudo dejarle en una situación mucho peor y no lo hizo...
Besotes!!!

Nieves Martín dijo...

Menuda chica esta!!!
Anda que es poco peligrosa :)

Me ha encantado y esas fotos que adjuntas son relindas.

Ah, yo no he tenido ningún problema en ver la página.

Besos :)

Chechu Rebota dijo...

Esta claro que el karma siempre te las devuelve todas, aunque en este caso me el rencor que arrastra Mariana me parece casi excesivo :S Me apunto a que haya una historia con su punto de vista.

Lola dijo...

Pues me uno a Juan y me apunto a conocer el punto de vista de Mariana.
La moraleja que saco es que... nunca dejes cosas sin resolver en tu vida pues se pueden volver contra ti.
Me ha gustado Jo. Ya sabes que me gusta todo lo que escribes. Un beso Lola

The Cool Hatter dijo...

Pues a mí la página me ha ido veloz como el rayo...
Pero mira que son patosos los niños... Absolutamente merecido el destierro por una larga temporada, mira que plantarla en la pista en su primera cita... a Siberia le mandaba yo!!
Jaja, a veces la vida te da esas satisfacciones, yo estoy esperando un par de ellas ;) (sonrisa de Cruela de Vil)

Besotes, guapa!!

Anusky66 dijo...

apoyo la genial idea de Juan ,seria genial que contases la historia desde el punto de vista de la chica.
Unbesazo

Pd No se que has hecho ,pero hoy ya ha cargado mucho mejor la pagina.

Jo Grass dijo...

TRACY MOUR: bueno, creo que gracias a una Laura de ayuda blogger, esto vuelve a funcionar. Menos mal! Imaginaba el blog desterrado como el prota de la historia, jajaja
Veo que el gen cotilla predomina en este vecindario y ya sois más los que apoyáis la propuesta de Juan Rodriguez Millán. Tendré que pensar en esta Mariana, a ver por donde sale!
Besitos

MARIA: la vida es muy caprichosa. A veces te sorprende trayendo gente de regreso de la forma más insospechada! Me alegra que te haya gustado, y más conociendo tus exquisitas preferencias literarias, jajaja

Jo Grass dijo...

CANTARES: he tenido que borrar cosas de la plantilla que hasta hace tres días no incordiaban pero ya sabemos que los asuntos de blogger, a veces, son nefastos.
Besitos. Espero que estés más recuperada de tu voz.

IPODGIRL: estoy contigo. Podía haber sido mucho peor. Nunca pensé en ella como la pérfida y vengativa Mariana.
besos y buen finde

Jo Grass dijo...

MUERTE ROJA:qué bien que señales las imágenes. Este tambien es un blog fotográfico y pocas veces hacéis referencia a la ilustración, que es una parte importante del trabajo.
besitos

SR. NOCIVO: los asuntos del karma son bien complejos e impredecibles. Tomo nota y sumo la petición de escribir sobre Mariana.
También va por tí, ANUSKY!
Besos y buen finde

Jo Grass dijo...

THE COOL HATTER: la verdad es que dudo que ella olvidara una expericnia como esa, y más a los 13 años!
Seguro que a Sebastián le va de perlas ese retiro involuntario para reflexionar un poco y poner orden en su vida, en un entorno apacible, jajaja
Besitos

Jo Grass dijo...

LOLA: ay Lola, que no había visto tu comentario. Tienes razón con la moraleja. No hay que dejar cabos sueltos en la vida o regresarán a pedirte cuentas!
Un besote mi querida Lola

raindrop dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
raindrop dijo...

Hola, veo que el problema de carga de la página (del que ni me enteré) ya está resuelto, porque esto va como una seda.

Leo en los comentarios la palabra "venganza". Pero creo que la venganza se busca por parte del vengador y en esta ocasión ha sido al revés: es la supuesta víctima de la venganza quien la ha pifiado bien para recibir un correctivo. Que no se queje.

La historia desde el lado de Mariana puede ser interesante porque es posible que imaginemos algo que no tenga nada que ver con su propio punto de vista. Es muy posible que olvidara completamente aquel affaire de adolescentes y, desde la madurez, se dedique a cumplir profesionalmente con su trabajo. No le viene mal a Sebastián aprender una lección de responsabilidad desde abajo.
;)


besos

pseudosocióloga dijo...

La venganza....ese plato que mejor está cuánto más frío.

Paty.sophia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paty.sophia dijo...

me encantó, ya tenia mucho que no leía algo tuyo; amo tu prosa y tus historias.
La venganza de Mariana me parece una dulce gratificación. Sin embargo no la veo como una venganza tal cual; es más bien un karma universal, donde Sebastian tenia inevitablemente que pagarlo! .
Me encanto, gracias!

Montse dijo...

La vida nos da muchas sorpresas.Muy buen relato . A veces la revancha nos llega y la devolvemos con creces, jejeje.¡¡Como la vida misma!!!.Besitos.

Nina Maguid dijo...

Los dos procedieron con valor y justicia: Mariana le hizo lo peor que podía hacerle (¿no dicen que la cárcel es peor que la muerte?) y Sebastián, en la verbena, se inmoló por la investigación.
Yo también quiero saber cómo lo vivió Mariana, si estaba enamorada de él, si en el instituto lo contó tal cual, lo disfrazó o lo calló.
Y también quiero saber cómo haces para sacarle una foto de frente a un jabalí, por mucho zoom que tengas.
Como ves, ya tengo en qué pensar este domingo.
Un beso, primor.

Aprilis dijo...

Que grande ! Como se suele decir... que tendrán las historias de venida a menos que a todo el mundo suelen gustar.

Y como dice mi señora madre... "Arrieros somos y en el camino nos encontraremos"... eso debió pensar Mariana !

Un Abrazo ;-) !

Jo Grass dijo...

raindrop: qué bien afinas... Lo interesante de contar con un solo punto de vista es que da mucho juego para elucubrar. Me fascinan las razones que impulsan a la gente a hacer lo que hace; actuar de una manera determinada. Lo que había en mi cabeza cuando pensaba en Mariana tiene que ver con lo que apuntas, pero la dirección del relato puede cambiar como el viento según las circunstancias, en este caso, que haya en mi cabeza cuando me ponga a escribir.
Besitos

PSEUDOSOCIOLOGA: creo que el tema de la venganza estaba más claro en las historia de las Luisas, pero existen tantas formas de venganza...

Jo Grass dijo...

PATHY SOPHIA: me alegra encontrarte de nuevo por aquí. Veo que el sector femenino aprueba la venganza con mayúsculas, jajaja Veremos por donde sale Mariana. No quiero pensar en ella todavía.
Besos

MONTSE: es cierto que la vida te sorprende cuando menos te lo esperas. me gusta que suene verosímil.
Besitos

Jo Grass dijo...

NINA MAGUID: ese jabalí lo tenía a un palmo de mis narices. Creo que se asustó él más que yo, y al dispararle con una pequeña cámara (era mi única arma de defensa) se quedó indefenso. ¡Lo cautivé con mi sonrisa! jajaja Sabía que yo saco a todo el mundo muy guapo, jaja
Bueno, está claro que voy a tener que escribir sobre Mariana. También necesito conocer su versión!
Requetebesos, cocinera querida!

APRILIS: supongo que a la mayoría le ayuda a desdramatizar la suya. Me alegra encontrarte en mi cocina de nuevo!

A-B-C dijo...

Muy buena historia muy bien contada. Un lujo pasarse por aquí.

Jo dijo...

... de la noche a la mañana la respuesta es tu navegador :P (tal vez)

será que llegue aqui y me he perdido!!! lo bueno es que me se el camino...
la historia como siempre tan plagada de detalles que se me escapan pero no esa habilidad que me contagias de manejar mi imaginacion.
Quiero agradecerte siempre que me visites siempre lo bueno de estos protones es que no hay que pagar billete.

ultimamente me da por pensar en venganzas pero creo que esa palabra no termina de gustarme es como un lastre...
Jo Grass se me ha pasao decirte que también habia pensado en mi destierro bloggero... pero sabes

¿?

no estaria a salvo


un beso y un abrazo

Jo Grass dijo...

A-B.C: el lujo es mío por tener unos lectores/as tan estupendos!!!
besos

JO: querida mía, ya leí el otro día en tu blog ese pensamiento erróneo de desterrarte tu sola. Ni siquiera tenías activada la posibilidad de dejar un comentario para convencerte de que no lo hagas, y espero que así sea, que no lo hagas; no dejes de respirar letras para tí y para la gente que te leemos, sin prisas y con pausas, para disfrutar tus textos.

Tengo que estar ausente unos días. No sé si podré acudir a mi cita de los jueves ni leeros durante unos días. Un beso enorme para todos. Estaré de regreso la próxima semana.

Lola Mariné dijo...

Tremenda, la chica.
A veces, la venganza, aunque sea un plato frio, tiene su aquel.
Besos, preciosa.

Rosa Chover dijo...

ay las mujeres, no olvidamos fácilmente jajaja!!! un besazo

AMBER LAKE dijo...

Hola, Jo. Casi tres meses sin pasarme por aquí y me encuentro con nuevas historias. Me ha encantado leerte y ya me he enganchado otra vez a tus relatos semanales. ¡Vaya droga!
Las fotos estupendas, y esa canción de Bob Dylan ni te cuento.
Gracias, preciosa.

Sandra dijo...

Pues a mi me ha cargado enseguida :S:S

Sandra dijo...

Y no te he comentado! jajaja..... eso que ya te han dicho, la venganza se sirve en plato frio!.

Jo Grass dijo...

LOLA MARINÉ: ¿por qué será que las mujeres pensamos en venganza tan alegramente? jajaja
bsitos

MANUELA: es cierto que no olvidamos, pero no siempre somos tan malas como parecemos.
Besos

Jo Grass dijo...

DON VITO: muchas gracias por tu visita. Pasaré por tu casa en breve. he estado fuera trabajando y sin tiempo para el blog.
Bienvenido. Regresa cuando quieras!

AMBER LAKE. no te preocupes que yo también ando de bólido y no tengo tiempo para nada. me alegra encontrarte por aqui de nuevo.
Besitos

SANDRA: es que con la presentación que hace el tío te dan ganas de darle un sopapo, jajaja
Besos, guapa. Estoy missing muy a mi pesar. Regresé ayer y no doy abasto.