20 de mayo de 2011

HERMANA GEMELA

Foto: Marijo Grass

En momentos como este, necesitas a alguien con quien hablar: un confidente, una amiga incondicional, con la que compartes fama de rarita en el Instituto o se la trae al pairo el asunto de la popularidad. Si no la encuentras, tu mundo se hace MUY pero que MUY pequeño; sobre todo al descubrir que tu hermana se ha convertido en tu rival, aunque viva en otra ciudad.

¿Dónde se habrá metido Selva? Seguro que su madre le ha vuelto a confiscar el móvil, y ella, cabreada, se ha puesto los cascos y se ha largado a patinar.




Foto: Marijo Grass


Llevo una hora sentada frente a la pantalla del ordenador, observando una foto en la que salimos Marga y yo de niñas, a punto de emprender la aventura más excitante de nuestra vida: pasar un mes entero en un campamento de verano; como en aquella peli de Lindsay Lohan, que hace el papel de dos gemelas y nos encantaba emular. Cuando la monitora disparó esa instantánea ignorábamos que, a la vuelta, todo iba a cambiar; pero al revés que en la película: ella acabaría viviendo en Madrid con mamá, y yo con mi padre y la abuela en Barcelona, que no está tan lejos como Boston de California pero, para el caso, da igual.




Foto: Marijo Grass


A MOMENT OF LAURA
amomentoflaura.wordpress.com


MY TWIN SISTER


Es la primera vez que utilizo el blog para hablar de mi vida personal. Ya lo sé, todo lo que escribo es personal, pero hasta ahora no os había explicado nada íntimo, familiar: ese tipo de cosas que descubren tu YO real; que os permiten hacer un retrato aproximado de la Laura de carne y hueso, de 16 años, que firma estas entradas; algo más privado que la música que escucho o mis impresiones de los conciertos o los que suelo acudir durante el fin de semana. Pero acabo de recibir un shock, mi mejor amiga se ha evaporado y no me puedo desahogar; y eso es excusa suficiente para vomitarlo en estas páginas.




Foto: Marijo Grass


Marga, mi hermana gemela, se ha liado con el chico que me gusta. ¡Vale, ya lo he soltado! Pero, ¿me gusta? En realidad no lo sé; hasta hoy, es el único que me ha hecho vibrar; sentir el deseo de conocerlo más; imaginar que viviría con él un romance de película, que llegaríamos a encontrarnos algún día…; pero me ha roto el corazón antes de empezar, sin haber tenido la oportunidad de compartir una pizza o acudir juntos a un Festival, aunque hayamos intercambiado mil canciones y algunas confidencias por correo o en un chat.




Foto: Marijo Grass


No debería decir que me ha roto el corazón porque ni siquiera le conozco. Marga me ha enseñado unas fotos a través del skype y estoy segura que era él. Tenía la misma que me envió por mail en un collage, colgado en su nueva habitación; la que utiliza en casa de mi madre y su novio, que es donde vive mi hermana, y ahora el hijo de su novio, o sea el chico que me gusta, que se ha convertido en el novio de mi hermana. Supongo que mamá no sabe nada. ¡Uff!

Ray, se llama Ray: he soñado con él durante los últimos tres meses, dos semanas y cinco días. Ahora comparte piso con Marga los fines de semana alternos y cada vez que su madre se larga de viaje. No le gusta dejarlo solo por si organiza un botellón en su sofá de Roche Bubois y por eso lo envía con su padre. No creo que sea de ese tipo de chico, ¡o sí!
Mierda. ¡¡¡¡¡NECESITO GRITAR!!!!!!!




Foto: Marijo Grass


Por suerte, ninguno de mis colegas sabe que tengo un blog, excepto Selva: la amiga incondicional a quien no puedo llamar porque su madre le ha confiscado el móvil. Tampoco saben que me escribo con Ray, desde que nos conocimos en un foro de música indie y acabamos intercambiando nuestros correos. Y yo creyendo que era el chico perfecto y nos empezábamos a gustar… Ahora me alegra no haber contado a Marga lo del blog, ni que llevo tonteando con su novio desde que lo conocí en un foro, porque no podría desahogarme; estaría deambulando por la ciudad, con el Ipod a un volumen desaconsejable, escuchando Heaven Knows de los Absynthe Minded para mitigar la ansiedad. Me pregunto si esto es una broma del destino. Está claro que se trata del mismo tío, con su rollo de skater boy y sus amigos, porque esas fotos ya las había visto.




Foto: Marijo Grass


Menos mal que él no tiene ninguna en la que se me vea la cara. Solo conoce mis zapatillas, o mi pelo encrespado tras la portada de un libro, así que es bastante improbable que me relacione con Marga.

Nunca me he sentido segura de mi aspecto, justo al revés que mi hermana. Nadie diría que somos gemelas, a menos que nos vean juntas y asome algún gen familiar, porque no nos parecemos en nada. A ella le encanta exhibirse; se pasa la vida haciéndose autorretratos con el móvil y colgándolos en su flickr. Siempre lleva la melena impecable, va superconjuntada y se vuelve loca en las rebajas por la ropa de marca. A mí, en cambio, me gusta disfrazarme para ir a un concierto, soy fiel a mi colección de sudaderas de mercadillo, los colgantes étnicos “made by myself” y mis Converse de colores.




Foto: Marijo Grass


En pocas palabras: prefiero que me regalen discos a que me compren minifaldas. El resultado es la típica imagen de tía friki, rara; por eso resulta tan extraño que ambas nos hayamos colgado del mismo chico. Nuestros gustos son tan dispares como los personajes de las gemelas que interpretaba Lindsay Lohan en aquella película; también es posible que me haya equivocado con él. Supongo que me he fabricado una imagen idealizada de Ray en Internet, donde todos ofrecen la mejor versión de sí mismos, o mienten por placer. No sé; creo que estoy confundida, enfadada, desilusionada. ¿Dónde narices se ha metido Selva? ¡No está conectada! Me fastidia estar sola en casa, pero al mismo tiempo me tranquiliza que nadie vea la expresión de perdedora que llevo tatuada en la cara; por eso he decidido contaros mi historia: la historia de una gran putada.




Foto: Marijo Grass



La primera vez que Ray me explicó en un correo algunos detalles de su vida personal, fue después que le enviara Fluorescent Adolescent de los Artic Monkeys, además de I hate you but I love you, de Russian Red. Me escribió que se había convertido en un nostálgico por culpa de su padre, a quien le parecía imprescindible escuchar las canciones tal y como están ordenadas en los discos, y no de forma aleatoria, como me gusta hacer a mí en el Ipod. Quería que me descargara una peli que había visto un millón de veces, ( me daba vergüenza revelar que yo solo había visto un millón de veces Tú a Boston y yo a California, por eso no le dije que tenía una hermana, ni que aprendí a jugar al póker, porque esa es la escena que más nos gustaba). Parece que su padre siempre ha sido el rey del mando a distancia y, en vez de ponerle Toy Story, cuando era un crío, le hacía ver Alta Fidelidad, sobre todo la escena en que John Cusack explica lo importante que es grabar un cassette a alguien; por eso Ray me enviaba listas de reproducción elaboradas con la pericia de un buen Dj, y yo solo temas sueltos que me apetecía escuchar en ese momento, aunque no pegaran ni a tiros una detrás de la otra. Después de ver esa película, pensé que se trataba de un gesto romántico.




Alta fidelidad. Stephen Frears. Touchstone Pictures.2000


Yo recordaba haber visto a mi madre, tirando a un contenedor, una caja con la música que le habían grabado todos sus novios desde que tenía mi edad. No puedo creer que ahora salga con uno de esos tíos que mitifican el cassette y se apoderan del mando a distancia, pero es la conclusión a la que he llegado revisando los correos de Ray, cuando habla de su padre; al fin y al cabo, la segunda de mis desgracias es que acaba de ganarse el título de hermanastro, aunque él no lo sepa todavía.




Foto: Marijo Grass


Esto es casi peor que despertarse como Rick Grimes en medio de un capítulo de The walking dead. No me imagino a mamá saliendo con un tío que ha obligado a ver a su hijo un millón de veces a John Cusack, cuando debería estar chutándole su dosis de Rey león. Tampoco me imagino a ese chico, con semejante legado, saliendo con la pija de mi hermana. Ni siquiera le gusta el Indie; ella es más de Rihanna o Beyoncé. Pero Marga lo conoce; sabe cómo suena su voz, su manera de caminar y la forma en la que se ríe. Yo debo conformarme con la colección de emoticonos que incluye en sus correos. Casi me da un siroco cuando me lo ha contado todo hace un rato, me ha enseñado la foto, y he reconocido a Ray: MI cibernovio; que ha resultado ser el novio de mi hermana en la vida real, y yo me acabo de enterar hablando con ella por el skype.

Eso es jugar con ventaja, o un golpe bajo que tendré que superar y todavía no se me ha ocurrido cómo, ni si debería explicárselo a Marga; al fin y al cabo, ahora Ray es de la familia, y no solo porque salga con ella. Su padre es la pareja de mi madre, mientras les dure el amor y no se rompa por culpa de un mando a distancia. Puede que coincida con él las próximas vacaciones, y eso sería una catástrofe; no quiero competir con mi hermana gemela jamás de los jamases.

Espero que, a pesar de no contaros nada del concierto, me sigáis leyendo. Os dejo con el videoclip de I hate you but I love you; ahora necesito escucharlo yo.







(12) FRIENDS MOMENTS:

OUT OF CONTROL: Artic Monkeys molan mazo. xDDD
V de VANESSA: me parece que cada uno escribe en su blog lo que le da la gana, así que no te preocupes, para eso es tuyo. Bss
SÚPER PAM: qué mal rollo lo de tu hermana!!! Yo no le diría ni MU. ¿Acaso no lo conociste primero???
EFE: he encontrado tu blog porque tengo una alerta con “cassette”. Mi colega Chewbacca está reparando una cámara de VHS, que encontró en un contenedor, y también funciona con cassette. Yo de ti le recomendaría a ese tío “Be kind rewind” de Michel Gondry, que también va de cassettes, pero en peli. Seguro que le mola. XD
SOY LA CARI: cariño, hay un montón de tíos estupendos esperando conocerte, y este se acaba de colar en tu familia. Yo no mezclaría las cosas, por si acaso.
Besucos
HADA ENCANTADA: qué guapo el tema de Russian Red. No lo conocía. xD
FUCKINDOG: The walking dead es un puto bodrio, pero el cómic lo flipas!!!
ABUELA MANUELA: Laura, ya soy mayor para dar consejos pero, no olvides que los hombres están de paso y tu hermana será siempre tu hermana.
He colgado la receta de las magdalenas que me pediste.
Un besito fuerte y no te aflijas, que eres muy joven y tienes toda la vida por delante para enamorarte un millón de veces.
PATI93: en Internet todo el mundo miente :/)
ANÓNIMO: el autor ha eliminado el comentario.
FREAKY: a mí me pondría mucho que mi churri tuviera una gemela :-9
JULI & YOLI: ainss, qué mala suerte que os guste el mismo chico. Deberías explicárselo a tu hermana; y a él, para que no se forme un lío. Besitoss guapaa!
SELVA: ¿Qué ostias es esto? ¿Se te ha ido la pinza? Estoy en un Cyber. En cuanto llegue a casa te llamo.




12 de mayo de 2011

LA RED SOCIAL DE ZOE

Foto: Marijo Grass


Mi mamá se ha ido de viaje en el tren, y yo me quedo con la tía Layla otra vez. Ella siempre lleva chuches en el bolso y me compra cosas GUAYS de los chinos; no como mamá, que solo tiene manzanas, palitos de pan o galletas de arroz, y dice que en las tiendas de chinos todo es horripilante; y las cosas que me gustan, como los gatos dorados o las figuras de animales, son trastos que se llenan de polvo. Por eso estoy MUY contenta, porque mi tía NO me da galletas de arroz —que me gusta el arroz pero el de galleta no—, y comemos chuches y compramos cosas horripilantes; porque a ella le da igual lo del polvo, y le molan también los animales de la suerte y todas las cosas de los chinos.




Foto: Marijo Grass


Hoy me ha recogido al mediodía en el cole; tocaba potaje de garbanzos, y cuando hay potaje todos gritamos ¡¡PUAGG!! Y la monitora se enfada; dice que hay que comer legumbres, que es muy sano; y dejar el plato como un perrito. A mí no me gustan las legumbres ni los potajes, ni comer como los perritos, pero estoy aprendiendo a comer con palillos, que es comer como los chinos.




Foto: Marijo Grass


Hemos ido a un restaurante, igual que los mayores, que van a los restaurantes cuando salen del trabajo, se cuentan las cosas y hacen CHIN CHIN con el vino, pero a mí me ponen zumo. Había mucha gente, sobre todo señores con traje que hablaban mucho; y una mamá con su hija, que se ha enfadado porque no quería el filete, pero las patatas sí. Los camareros llevaban los platos muy rápido, en bandejas que volaban; parecían señores del circo.




Foto: Marijo Grass


La tía Layla ha encendido las velas como hace en su casa por la noche. Ahora no es por la noche pero en la mesa hay un candelabro muy chulo de La bella y la bestia, y nosotras hemos visto la peli muchas veces y nos sabemos las canciones.




Ilustración: Alexandra González


Ella ha pedido un pescado con una salsa verde muy rara, que era de aguacate, y yo unos espaguetis con tomate; y en su AIFON sonaba la música porque llegaban muchos mensajes. Entonces ha hecho una foto del pescado y la ha puesto en el Feisbuc, para que la vean sus amigas.




Foto: Marijo Grass


—¿Tú tienes muchas amigas en el Feisbuc?—pregunto, porque está jugando con el AIFON todo el rato.
—Pueess, ahora tengo 997.
—¡Jopeta! Y, ¿te invitan todas a su cumple?
—No, solo las amigas de verdad.
—Entonces, ¿las amigas del Feisbuc son de mentira?
—No es que sean de mentira; muchas son amigas digitales: amigas de amigas o de sitios y lugares que me gustan, pero no las he visto nunca.
—Yo no quiero tener amigas que no he visto nunca y no me invitan a su cumple. Además, el señor policía que ha venido al cole dice que es peligroso.
—¿Van policías al cole?
—Hoy ha venido uno; y ha explicado lo de los amigos de Feisbuc y Tuenti.
—¿En serio?
—Sí; primero ha preguntado si sabíamos qué eran las redes sociales. Pero, ¡eso lo sabe todo el mundooo! Y muchas niñas de sexto tienen Tuenti, que yo las he oído en la fila, pero sus padres no lo saben.
—¿De verdad?
—¡Claro! Pero yo no me voy a chivar, ¿eh?
—Chivarse no es guay.
—El señor policía ha explicado las que son de mayores, porque nosotras tenemos Moshi Monsters, que es muy chulo. Clara y Natalia tienen otra de pingüinos.
—¿Se llama Moshi Monsters?







—Sí; es de mascotas; adoptas un monstruo y lo tienes que cuidar. Hay muchos juegos para ganar dinero y comprar comida o muebles para su casa; también pones tus amigas y escribes mensajes; y nuestros monstruos pueden jugar juntos. ¡Ah! Y es en inglés. ¡A mí me gusta mucho el inglés!
—¡Qué guay! Tienes que enseñármelo.
—¡Vale!
—Y, ¿qué más ha dicho el policía?
—Pueess, que tienen que estar los padres para apuntarse. Y no hay que decir dónde vives, ni cual es tu cole; tampoco poner fotos en bañador ni quedar con desconocidos, que luego te secuestran o roban en tu casa.
—Bueno, visto así, acojona un poco.
—¿Qué es acojona?
—Que da un poquito de miedo.
Moshi Monsters es de monstruos pero no da miedo.
—Está bien que tengáis cuidado, porque todo lo que escribes y las fotos lo puede ver todo el mundo…
—Y, ¿todos hacen una foto de la comida y la ponen en el Feisbuc?
—Todos no pero, ¡mola!
—¡Ah! A mí me molan los creps de Nocilla, pero me gusta más jugar a las Witch con mis amigas. Cuando tenga Tuenti pondré las fotos de mis mascotas, y de mi cumple, pero en bañador no.

Entonces, la Tía Layla ha hecho una foto de mis espaguetis y también la ha puesto en el Feisbuc; y han llegado más mensajes. Y sus amigas decían: ¡Qué ricoooo! Y la manita que pone Me Gusta muchas veces.

Luego hemos ido al parque un ratito; ella se ha sentado en el banco a poner Me Gusta en los videos de sus amigas, pero yo creo que es más divertido tirarse por el tobogán.




Ilustración: Alexandra González


Por la tarde, al salir del cole, hemos ido al chino; me ha comprado una taza de perrito y una libreta para pintar. Le he enseñado mis dibujos de la clase, cuando la seño nos ha dejado sentarnos en la mesa con nuestras amigas, para hacer nuestra red social; y hemos pintado un retrato que se llama avatar, y también los de tu familia. Yo he hecho a mi tía, y podías escribir Me gusta en los dibujos de las demás. Me ha dicho que su avatar era chulísimo, y lo ha puesto en su Feisbuc, porque la he pintado muy guapa.


Ilustración: Alexandra González


Después hemos preparado creps con Nocilla para cenar, y las amigas que viven con ella, que se llaman Merche y Adriana, no querían porque no era de régimen. Yo les he preguntado si les dolía la barriga, porque en el cole te dan régimen si te duele la barriga, pero siempre es arroz con caldo o verduras y pollo; pero han dicho que no, que solo estaban pensando en su culo, que después no les caben los pantalones. Al final se han comido tres cada una, porque nos han salido muy ricos.




Ilustración: Alexandra González



Mamá ha llamado “para saber si todo estaba en orden”, pero en el piso de la tía Layla no ordenan las habitaciones, y ella siempre quiere que yo ordene la mía. Me ha felicitado porque ha visto en el Feisbuc mi dibujo de la tía Layla, que es la hermana pequeña de mi madre, aunque en el Feisbuc son amigas, pero mamá tiene Tuiter también; dice que es más rápido porque caben pocas palabras, y que lo tiene por el trabajo.




Foto: Marijo Grass


Pensaba que vivir con tus amigas era muy guay, y podías cenar creps y hacer fiestas de pijamas como en las series de Disneychanel, pero creo que no porque, después de comer los creps, todas se han puesto a escribir mensajes en el ordenador; y no se reían juntas ni nada. Entonces les he preguntado si querían conocer mi monstruo y las amigas que tengo en mi red social, y les he dejado jugar.

Adriana me ha ayudado a adivinar de qué país eran las banderas; ahora ya me lo sé y tengo muchos puntos para comprar. Después les he enseñado una canción de Selena Gómez, que sale en Los Magos de Guaverly Pleis, y nos hemos puesto a bailar, pero como mañana hay cole, me he tomado un Cola Cao en mi taza nueva de perrito, y he cogido un cuento para ir a la cama, que hay que madrugar.

Es muy guay cuidar el monstruo, o escribir mensajes a tus amigas en el ordenador, y colgar las fotos de tus mascotas para que las vean todos; pero mamá dice que leer un cuento, antes de dormir, ayuda a soñar; y a mí me gustan los sueños y las amigas de verdad, que me invitan a su cumple, y también podemos jugar.




Foto: Marijo Grass

5 de mayo de 2011

ORGULLO DE MACHO

Foto: Marijo Grass


El día que la abuela Felisa, con 93 años y un par de ovarios, se largó a una Residencia porque estaba hasta el moño de su marido, y una vez instalada empezó una batalla legal para quedarse el nicho más alto, de los dos que habían comprado en el cementerio: “Porque ése tiene vistas al mar y el otro no”, casi le da un patatús a la familia. Yo, en cambio, me puse de su parte enseguida. Lo que no imaginaba entonces es que viviría una experiencia semejante por un Ken. Ya sé que suena a broma pero así están las cosas: toda la trifulca es por KEN.




Foto: Marijo Grass


Cuando Mauricio y yo nos mudamos, lo encontré en una caja camuflado entre sus trastos; él pensaba tirarlo pero, al verme tan emocionada, me lo regaló porque era un recuerdo romántico. Más tarde lo coloqué en una vitrina, junto a las Barbies que había conservado desde niña, para que se divirtieran con él. Ahora lo reclama, porque el parásito de su amigo le ha dicho que vale una pasta y puede venderlo en e-Bay. Pues, ya lo dijo Santa Rita: “Lo que se da no se quita”; los obsequios de amor son para toda la vida.


Foto: Marijo Grass


Recuerdo que algunas lo hacían en el Instituto; después de cortar con el novio devolvían los regalos, pero yo no. Solo hay que consultar el diccionario: “Un regalo es algo que se da a alguien sin esperar nada a cambio, como muestra de afecto y agradecimiento”. A Germán, con el que salí en secundaria y del que estaba enamoradísima, le regalé la cámara de fotos que me compraron por Reyes ese año; jamás se me pasó por la cabeza recuperarla, a pesar del disgusto que le dí a mi madre. Y ahora, a los 33, tengo que pelear con mi EX por un muñeco de plástico.






Foto: Marijo Grass


Mi abogada dice que no pierda el tiempo con chorradas; vendemos el piso, nos repartimos la pasta y se acaba la historia. Pero él no, él necesita montar el pollo y que hagamos el ridículo los dos. ¿Estará buscando un titular para alcanzar la fama en los medios? Debería presentarse al casting de Supervivientes y aprovechar su talento, que Mauri es como Mac Gyver, capaz de levantar un centro comercial, con una navaja suiza y un rollo de cinta adhesiva, en una isla desierta. Lo de rentabilizarlo es otra historia, porque haciendo de boy scout es un as, pero lo que se dice genio, para los negocios, no tiene un pelo.




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Casi hubiera preferido que, el motivo de nuestra ruptura, fuera un asunto de cuernos; al menos me podría lamentar como la mayoría y echar la culpa a alguna pelandusca, de las que hacen mamadas en la oficina después de comer; aunque yo también satisfacía ese tipo de deseos, como cuando me pidió que le hiciera una mientras contemplaba a su equipo, dando patadas al balón, en una final de la Champions League. Esa fantasía le ponía a cien: sexo y fútbol a la vez. ¿Por qué no puede complacerme dejando en paz al muñeco? Lo nuestro es un problema de celos laborales; no hay terceros a la vista a quien cargar el muerto. Pues, ¡no pienso ceder ni un ápice!, como mi abuela, que si estuviera en este mundo se pondría de mi parte, pero hace un año se mudó al nicho con vistas al mar y no voy a molestarla con semejante tontería. Además, Barbie ha dejado al surfista australiano y, gracias a Twitter y Facebook, se ha reconciliado con Ken Carson por San Valentín, así que, por ese amor, aunque sea de plástico, seguirá en mi poder.








Ya sé que todos piensan lo mismo:

—Martina, ¿estás mal de la cabeza? ¡Dale al Ken de marras y continúa con tu vida!


Parece que me falta un tornillo pero, no es verdad; solo estoy cabreada, desencantada y triste. Ninguno de los dos éramos así; no entiendo por qué hemos llegado a esta situación. Lo único que quiero es conservar los recuerdos de nuestra historia de amor; o quemarlos, pero eso lo decidiré yo.



Foto: Marijo Grass


Laura dice que pocos hombres soportan una mujer brillante a su lado; que todavía faltan unas cuantas generaciones para aceptarnos como iguales. Luis la ha dejado por otra, 15 años mayor y con menos luces que un cayuco, que se comporta con él como si fuera su madre; así que está al borde de la depresión y con la autoestima hecha añicos.




Foto: Marijo Grass


Nosotros presumíamos de pareja moderna y evolucionada; deseábamos conservar la independencia por encima de todo. Cada uno se buscó las lentejas y, por fortuna, me ha ido bien, pero a él no, y eso le ha cambiado el carácter y ha arruinado nuestra relación; y lo de la pareja evolucionada se ha evaporado como si nunca hubiera existido el amor. Ahora tengo que aceptar una separación que no deseo, además de enfadarme por un juguete antiguo que, de no ser por mí, estaría en la basura, aunque él piense que es digo de un Museo.




Foto: Marijo Grass


Mauricio y yo nos conocimos cursando la primaria; entonces me dedicaba a improvisar modelitos para las muñecas y soñaba con los protagonistas de mis cuentos; los chavales de carne y hueso no tenían interés todavía; pero él, con seis años, iba de perdonavidas y afirmaba en el patio que era su chica, por eso nos llamaban en clase “Los M&M´S”. Nuestras madres, que coincidían a la puerta del colegio, se hicieron amigas; incluso salíamos juntos los fines de semana. Cuando venía a casa jugábamos con mis Barbies y sus Madelman, pero todos tenían cara de brutos y yo insistía en que trajera a Ken: uno de los primeros que salieron al mercado, que compró su abuela en Estados Unidos y, al no tener hermanas, heredó él.
Nuestros caminos se separaron al mudarse con su familia a Bilbao un par de años más tarde, y nuestros padres perdieron el contacto poco después.



Foto: Marijo Grass


Cuando nos reencontramos en Barcelona, en una fiesta de antiguos alumnos, y empezamos a salir, pensé que se trataba de una señal; el destino lo había reservado para mí. Sucedió igual que en esas películas que me hacen llorar siempre, con la escena ralentizada, y ÉL abriéndose paso en la pista de baile, entre una multitud de gente ataviada con sus mejores galas, hasta que descubre a la chica, deslumbrante, brillando ante sus ojos mientras las demás desaparecen por arte de magia.


La primera vez que nos enrollamos me dio tal ataque de risa que por poco no consumamos el polvo; recordé un viaje que hicimos con nuestros padres, y una foto suya que apareció en un libro que había prestado a Laura unos meses antes.




Foto: Marijo Grass


—¿Quién es este niño tan mono? —preguntó interesada.
—¡Mi novio de la infancia! —respondí sarcástica.


La cuestión es que, en aquella fiesta, se produjo el flechazo. Por aquel entonces, había terminado una licenciatura en Nutrición y estaba montando mi negocio de catering con Laura, que es una cocinera estupenda, ofreciendo menús bajos en calorías a empresas e instituciones. Mauricio se había convertido en Interiorista, pero se encaprichó de un viejo bar con solera, regentado por tres generaciones de la misma familia, y lo transformó en un local de copas, con el vago de Pepe como DJ. Yo insistía en que los clientes de toda la vida: jubilados, currantes y estudiantes ociosos, querían carajillos o cervecita con boquerones; que debía conservar el espíritu del negocio aunque lo modernizara; pero él, tozudo como una mula, se empeñó en cambiarlo todo y lo hundió para siempre.



Foto: Marijo Grass


Nunca tuve intención de competir con él. He sido una mujer emprendedora y me ha ido bien. Nos hemos separado porque no ha sido capaz de asumir el fracaso en los negocios. Y como somos pareja de hecho, solo se le ha ocurrido reclamar su muñeco. Parece que hayamos vuelto al colegio. Puede que el destino errara en sus predicciones, o no quede mucho de los M&M´S de entonces. Y los hombres que se incomodan o acomplejan, si ganas más que ellos, son una mala elección para una chica en estos tiempos.




Foto: Marijo Grass


Hace una semana que comparto piso con Laura. No dejo de pensar en nuestras antiguas escapadas al Sur de Francia, disfrutando de catas de vino en fabulosos chateaux rodeados de viñedos; o en nuestra infancia, jugando durante horas y riendo. Me duele que no haya funcionado lo nuestro, porque todavía le quiero; por eso me he quedado a Ken como recuerdo, pero ya no creo que Mauricio sea mi media naranja.




Foto: Marijo Grass


Me gustaría ayudarlo con el negocio, si es capaz de dejar a un lado su orgullo de macho. Quizás, dentro de un tiempo, cambie de opinión y, aunque no reanudemos la relación, podemos ser amigos de nuevo.