26 de noviembre de 2009

GENERACIÓN NI NI: los amantes del "dolce far niente"

Foto: Marijo Grass


¿Generación NI NI?
— Sí, hija, sí: los que NI estudian NI trabajan NI dan un palo al agua.
— ¡Pos vaya!, no sabía que los hubieran bautizao. Quieres decir que aquello de: ¿estudias o trabajas?, ya no se estila.
— Está más caducado que los yogures que tenía ayer en la nevera.
— Ahora entiendo a la Mari; además, si yo los veo cuando salgo del almacén a hacer un recao; todo el día en el parque de botellón o vegetando. Pensaba que eran las huelgas del instituto, o de la Universidad, con todo el lío ese de Bolonia, que no sé ni de qué va, pero ruido hacen, y pancartas las que quieras, pa quejarse; pero digo yo que cuando el río suena agua lleva y, seguro que algo de razón tienen los chavales.
— Los del lío de Bolonia se supone que estudian y alguna aspiración tienen en la vida pero, según un estudio de Demoscopia, el 54% de los españoles entre 18 y 34 años no encuentra nada que le motive…además del Chat y el botellón, claro.



Foto: Marijo Grass


— A eso se le llama pandilla de vagos, ¡vamos!, de toda la vida. Y, ¿ con 34 no saben lo que quieren? ¡Ay que joderse! Yo siempre le digo a mi Fran que si no hemos tenido hijos será porque Dios no ha querido, pero a él se le pone mala cara porque le hubiera gustado un niño…¡pa jugar al fútbol los domingos!; que no me lo imagino cambiando pañales ni en broma. Y luego le sale un zángano como estos y encima tendría yo la culpa.
— Bueno, ese es otro tema. Tú aguantas a Fran porque cocina de maravilla y te hace magdalenas para que nos invites a merendar, y por eso se lo perdonas todo.
— Puede ser, pero me costaría más soportar lo de la Mari; ahora le dan ataques de ansiedad en el trabajo. Dice que el otro día explotó y en lugar de planchar las camisetas del chiquillo cogió los rotuladores de la pequeña y se las llenó de letreros que ponían: ¡PARÁSITO! Y lo peor es que al chaval le encantó, y encima le suelta: “¡Maama, mola mazo!” La pobre acabó en urgencias con taquicardia.



Foto: Marijo Grass


—Yo creo que la culpa es nuestra, que los “deseducamos” porque nunca les ha faltado nada ni les hemos puesto los límites necesarios; y encima malcriados por la abuela o en manos de la canguro porque estábamos trabajando.
— ¡Venga ya!, ¿ tú crees que a nosotras nos traumatizó que nos dijeran NO cuando queríamos algo?
— Bueno, era otra época; nos buscamos la vida para largarnos de casa y no tener que escuchar una negativa por respuesta.
— Y, ¡ahora no hay manera de que se vayan! El otro día me dijo Montse, la que trabaja en la recepción de mi almacén, que quiere divorciarse…pero de sus hijas, jajaja.



Foto: Marijo Grass


— Lo que pasa es que lo tienen más jodido. Encima ven a los padres que se han matado a currar y aunque sean directivos se van al paro...
— Sí pero, esos se van con un finiquito millonario, y con lo que han astillao a la empresa durante años guardaíco en una cuenta de las islas Caimán.
— ¡Mira que has visto películas!
— No me hace falta, ¡con las noticias de la tele tengo de sobra!
— Yo no he llegado al punto de la Mari porque Pablo es buen chaval pero me tiene harta; no da golpe si no me pongo con él a estudiar; y ya me han llamado tres veces del instituto para decirme que hace campana. Y lo de ayudar en casa o poner orden en su habitación es una batalla perdida. Lo único que le interesa son las series que se baja en Internet y los Simpson. Si lo examinaran de eso otro gallo cantaría…



Foto: Marijo Grass


Bueno, pues lo de la generación Ni Ni me lo ha contado Mercy. Dice que no puede más y que ha apuntado a Emmanuel a un casting porque al pequeño todavía no lo da por caso perdido; y que si no cambian las cosas se vuelve a Nigeria.
— ¡No fastidies!, ese niño no vale ni pal Gran Hermano, seguro que lo echan por vago. Lo único que le motiva es salir el fin de semana y meterse lo que sea hasta las trancas; y luego a colgar las fotos en el Facebook, pa enseñar a sus amigos lo bien que se lo pasa.



Foto: Marijo Grass


— Pues de eso va el rollo: es un casting de vagos; y no van ellos, ¡los envían los padres!
— Joer, ya no saben que inventarse pa saturar el morbo de la gente.
— Es un reality de La Sexta: “Buscan jóvenes vagos, intransigentes, impacientes, intolerantes y carentes de cualquier sentimiento de generosidad, solidaridad o gratitud”.
— ¡Menudo currículum! A Emmanuel le va como anillo al dedo. Solo falta que se haga famoso y lo conviertan en héroe.
— Espera que te leo, que aún hay más: “ Buscamos chicos y chicas que desconocen los conceptos de sacrificio, honestidad, esfuerzo, responsabilidad, compromiso y superación”
— ¡No veas qué joyitas! No me extraña que Mercy quiera enviar a su hijo y, si se lo cuentas a la Mari envía al suyo también; y las de Montse. Me parece que habrán ostias pal casting ese. Una oportunidad pa librarse de los hijos- parásito, jajaja.
— Te ríes porque no tienes ese karma en tu vida.
— Bueno, tengo a mi jefe, que es mucho peor; y a mi marido, que si no me agasajara con la comida ni me lo hiciera tan bien “ahí abajo” lo mandaba con su madre ahora mismo.



Foto: Marijo Grass


— ¡Qué bruta eres Lali! Mira, aquí dice que les ponen una casa y tendrán que trabajar para comer. ¡Y hacer la limpieza!
— Eso acabará como el rosario de la Aurora. Ahora vamos a ver una colección de zánganos limpiando el baño mientras piensan qué coño hacen con su vida. Y luego lo comentarán en los otros programas pa rellenar. ¡Qué país!



Foto: Marijo Grass


— Bueno, mujer. A mí no me parece mala idea y, además, no tienen nominaciones ni expulsiones ni todo ese circo. Parece un rollo más documental.
— Pues ahí se van a quedar hasta que jubilen la televisión con ellos dentro, ¡que te lo digo yo! A chupar cámara y enseñar sus miserias, que eso les gusta a todos.
— Estarán tres meses. Ahora están buscando psicólogos y terapeutas para que vivan con ellos y les ayuden a encontrar algo que les motive. Cuando lo consigan se van a casa.
— Pos con la cantidad de psicólogos que hay en el paro por lo menos podrán trabajar de lo suyo; de supernanny, pero con niños más grandes.
— Pues si lo consiguen a lo mejor me animo y mando a Pablo, que ya me apunto yo a lo del “dolce far niente” . Bueno, a eso nos apuntamos todos. ¡Faltaría más!